A partir de la cuidadosa elaboración de secuencias de enseñanza intentamos abarcar los diferentes aspectos del contenido a tratar: los conceptos y herramientas matemáticos involucrados y los distintos tipos de situaciones que esos conceptos y herramientas permiten comprender y resolver.
Aparece entonces la necesidad de organizar la enseñanza planificando actividades matemáticas para los alumnos.
Podemos preguntarnos: ¿cuándo podemos considerar que una actividad es verdaderamente matemática? Muchas veces, la creencia de que el contexto del alumno y su experiencia determinan el tipo de actividad a proponer, lleva a propuestas cercanas a la experiencia vital del alumno, pero que no constituyen experiencias matemáticas.
Cada forma de conocimiento, cada tipo de contenido, implican un modo de producción que les es propio y este determina, en consecuencia, una forma de apropiación.
La cuestión a plantearnos es entonces cuáles son los aspectos específicos del conocimiento matemático y cuáles son las formas de producción y, por ende, de apropiación propias de ese conocimiento.
Con el objetivo de brindar aportes a la toma de decisiones fundamentadas para la propuesta y gestión de situaciones de enseñanza, en este artículo hemos presentado algunos elementos para la organización de las actividades matemáticas, provenientes de las producciones de la Didáctica de la Matemática.
La enseñanza de un contenido matemático enfrenta a los docentes a la necesidad de tomar numerosas decisiones, que ponen de manifiesto sus concepciones respecto a todos los aspectos que se entrelazan durante el proceso de enseñanza.
Estas decisiones forman parte del análisis didáctico que involucra una gestión del conocimiento desde el mismo momento en que se determina cuál es el contenido que se pretende enseñar.
Al considerar que la forma más adecuada para promover la enseñanza de un determinado contenido es organizar secuencias, se aceptan de manera más o menos implícita, algunas concepciones acerca de la matemática y de su enseñanza.
Esta opción expone un enfoque sobre la disciplina y su enseñanza, en consonancia con los procesos de aprendizaje. Implica reconocer a la matemática como una
organización de conceptos que no están aislados, que se entraman en una red de vinculaciones que les otorgan significado y garantizan su coherencia interna. Supone aceptar, por lo tanto, la complejidad del conocimiento matemático, la necesidad de numerosas miradas desde diferentes aspectos para que los alumnos puedan construir el sentido de los conceptos en los términos planteados por Brousseau (en Charnay, 1994), es decir, su potencial y su limitación en cuanto herramienta de resolución de problemas. Y sostener, además, la idea de que un concepto matemático no se encuentra aislado, sino que forma parte de un entramado de relaciones cuyo reconocimiento y cuya comprensión son condiciones para la construcción de sentido mencionada.
Si bien el desarrollo cognitivo de los niños condiciona la apropiación de algunas relaciones, acercarse a las mismas, ponerlas a prueba para validarlas o rechazarlas, es lo que construirá el sentido de los conocimientos para los alumnos. Ello hace necesaria la reiterada interacción con el objeto de conocimiento en sucesivas aproximaciones que permitan su exploración desde variadas miradas y diferentes problemas.
La secuencia planteada, consta de una serie de actividades en las que podemos organizar grupos en relación a las propiedades de los triángulos que se pretende trabajar. Cada grupo busca plantear una “actividad madre” que constituya el primer problema que permita la interacción del alumno con el aspecto a abordar, seguida
de otras actividades que amplían, reinvierten, plantean limitaciones, etc.
En esta compleja tarea de “enseñar a leer y escribir” en sexto grado, los docentes tenemos una gran cuota de responsabilidad no solo porque debemos “preparar” a nuestros niños para que adquieran la tan ansiada “competencia lingüística”, sino porque cada uno de ellos debe hacer propias las estrategias discursivas en función
de sus potencialidades. A esta tarea estamos abocados, siempre desde la firme convicción de que todos los niños son capaces de adquirir mayores dominios en las habilidades de leer y escribir.
Las prácticas de escritura que inciden fuertemente sobre nuestros alumnos son aquellas que se sistematizan con rigurosidad y se construyen desde la revisión colectiva. Aquí nuestro rol de enseñantes de la Lengua toma un valor preponderante. Al mediar, nos toca también una fuerte tarea de enseñar.
Cuando recibimos a los niños de sexto grado en nuestras aulas, asumimos la responsabilidad de que necesariamente deben incursionar en todas y cada una de las tipologías textuales. Y es en este grado cuando se hace imprescindible explicitar las características de los textos explicativos y argumentativos, debido a que serán los que ellos manejarán en su futura formación académica.
En este proceso de desarrollar prácticas de lectura y escritura con mis niños, y como maestro de Tiempo Completo, las formadoras del “Curso de Apoyo a la calidad del egreso escolar” nos solicitaron que propusiésemos una actividad de escritura de un texto explicativo y que, en función del mismo, tomásemos las inadecuaciones textuales más destacadas de un texto que fuera representativo del grupo. A partir de estas inadecuaciones debíamos proponer una instancia de intervención docente
para paliar las mismas.
La producción textual seleccionada se enmarca dentro de una secuencia de abordaje del texto explicativo que el grupo ha venido trabajando desde hace un tiempo.
Creo que es importante destacar que el grupo se ha ido acostumbrando poco a poco a relacionar la lectura con la escritura, en tanto la presentación de textos modélicos y la definición de sus características les permitieron avanzar en la elaboración de textos propios.
El proyecto “Caminando entre los cuentos”, se realiza con dos grupos de tercer grado mediante la modalidad de taller, de acuerdo a las orientaciones brindadas por las formadoras del Curso II de Lengua para Escuelas de Tiempo Completo.
Se parte de la idea de que escribir es una actividad muy compleja, que implica producir un hecho enunciativo y una comunicación a un interlocutor que no está presente; y ante los resultados de evaluaciones tanto nacionales como departamentales e institucionales que dan cuenta de que la escritura continúa siendo “un debe” en el quehacer de la educación, los docentes acuerdan enfatizar en este aspecto durante el ciclo lectivo 2013.
Se seleccionan los textos narrativos debido a su cercanía a los niños, y su poder formador y funcional de lo imaginario.
Se optó por la modalidad de trabajo en talleres, ya que promueve la participación de todos los involucrados, fomenta el aprendizaje social, propicia una enseñanza activa, favorece el intercambio y posibilita el andamiaje del conocimiento.
El presente artículo tiene por objetivo reflexionar en torno al trabajo en y para la diversidad en las escuelas. Al expresar en la diversidad, la preposición en refiere a la complejidad del actual contexto sociocultural y económico- político, y al decir para la diversidad, la preposición para alude a la heterogeneidad de los destinatarios en la escuela, entendida como la institución educativa de carácter obligatorio.
En este sentido se plantea la posibilidad de pensar el espacio educativo en función de la capacidad formativa de las escuelas, y la manera de vivenciar más lo que ocurre en su particularidad, que como si fuera un acontecimiento más. ¿Cuál es la trama política que se presenta en esta experiencia que irrumpe con la lógica sistémica? Es decir, ¿en qué tipo de sujeto está pensando el colectivo de la escuela a partir de este corrimiento de lo normalmente esperado?
Este trabajo se centra en la experiencia de atención a la diversidad que están llevando adelante los docentes de la Escuela de Tiempo Completo Nº 118 de Playa Pascual, San José. Para esto se les realizó una entrevista a las maestras de primer grado, Karina Suárez –efectiva en la institución– y Laura Mas –maestra suplente–. En cada grupo de primer grado hay un niño con parálisis cerebral. Aron tiene parálisis cerebral a causa de una caída cuando jugaba a los tres años, y Camila, desde su nacimiento. Los dos concurren a la “Teletón”.
El inicio del año escolar enfrenta a los docentes a la necesidad de organizar el curso. Esta organización tiene una larga historia entre los maestros y fue tradicionalmente llamada planificación. Se entiende a la planificación como un conjunto de procedimientos que tienden a racionalizar y organizar acciones humanas.
A través de la planificación, una institución, una persona o un grupo de personas explicitan sus propósitos, definen los objetivos que quieren alcanzar y formulan para ello un programa de acción. La planificación se caracteriza entonces como un instrumento.
En este artículo, se revistan las características de la planificación al comenzar el año, recorriendo los objetivos y propósitos; los objetivo-contenidos; los contenidos; la construcción del sentido; criterios para la organización de los conocimientos.
El papel de la teoría como sustento del quehacer educativo: aportes de categorías y autores desde la Pedagogía, la Psicología y la Sociología, que contribuyen a una mejor comprensión de temáticas por parte de los docentes.
Si bien no se desconoce la existencia de diversos enfoques sobre el tema “Valores”, en este artículo se pretendió solo presentar una posible lectura desde lo pedagógico, lo psicológico y lo sociológico. El concepto ha tenido o despertado siempre connotaciones éticas, morales y sociales, ha involucrado tanto a sujetos individuales como a sujetos colectivos.
Si el sujeto es un ser social, los valores no pueden tener otra naturaleza que no sea la social, y este a la vez se convierte en el espacio o lugar en el que se legitiman.
En el proceso de socialización, el sujeto internaliza valores y normas que la sociedad le impone, los integra a su subjetividad. Si bien esto ocurre a lo largo de toda la vida, se desarrolla con intensidad en un marco pedagógico en el que al individuo se le imprimen normas y valores junto al conocimiento. La Psicología ha atendido, explicado e interpretado la ocurrencia de este proceso. Ambas disciplinas custodian la conformación de aprendizaje y subjetividad, lo que a la vez se desarrolla en un entorno social, marco mayor, analizado por la Sociología.
Los tres campos del conocimiento coinciden en la importancia de los valores para la constitución de los sujetos; en ellos se sintetiza la conformación de la conciencia individual y colectiva, y se visualiza además la multidimensionalidad del concepto.
La historia de la Educación Especial se debería abordar circunscripta a la historia de su normativa, de sus instituciones, de sus niños, de sus docentes, de sus familias, ya que es un espacio educativo de construcción permanente que se ha dinamizado y que continuará dinamizándose.
De esa dinámica constante, a desentrañar, surge la construcción de su historia y en ella están sus instituciones como centros educativos complejos.
En el escenario actual de la educación especial y de sus centros educativos, lo construido como soporte y pilar que la sostiene nos convoca, nos muestra un pasado de realizaciones y nos permite divisar un horizonte para proponernos abarcarlo desde el presente. Este es el recorrido que se propone realizar este artículo...
El artículo transcribe la reflexión y anaálisis de un grupo de docentes, en torno a la educación sexual. consideraron como necesaria la implementación y la ejecución de un proyecto, entendido este como un emprendimiento colectivo con fines precisos, estructurado para resolver una situación problemática.
Es considerando el proceso educativo como formador de sujetos autónomos y base de ciudadanía, que se enmarca el proyecto elaborado, para lograr ciudadanos responsables, capaces de tener una sexualidad responsable y placentera.
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