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La evaluación constituye hoy uno de los temas más profundos de debate en el ámbito educativo y es, de alguna manera, un tema de discusión pública.
Diferentes actores presentan sus visiones y opiniones sobre el tema en cuestión, y existe un amplio marco teórico desde el cual fundamentar las consideraciones.
Este artículo pretende, humildemente, presentar aportes teóricos que fomenten la reflexión y el interés sobre el tema.

En el Prólogo de su libro, Rosales (2000:11) señala que, del punto de vista docente, «evaluar es reflexionar sobre los procesos de aprendizaje de sus 
alumnos, sobre su propia actuación como docente, sobre las circunstancias institucionales y sociales que influyen en ellos...». Esta concepción de evaluación contribuye al resurgimiento de la idea de evaluación formativa, desarrollada originalmente por Scriven (1967) (apud Perrenoud, 2008:14).
Evaluar es entonces una manera de regular la acción pedagógica, la posibilidad de tomar conciencia de lo que nos falta ajustar para favorecer
los aprendizajes, rescatando la importancia de individualizar los contenidos con la finalidad de que cada alumno sea partícipe de su aprendizaje. En
este sentido, la función de la evaluación no será meramente informar a padres o a la administración escolar sobre las adquisiciones de los alumnos,
sino que implicaría una tarea suplementaria que obliga a los docentes a administrar un doble sistema de evaluación.

Apostar a una evaluación para el aprendizaje significa enfocarse en los siguientes factores como bases primordiales en los procesos de enseñanza y de aprendizaje:
► La participación activa de los alumnos en su aprendizaje.
► La retroinformación eficaz facilitada a los alumnos.
► La adaptación de la enseñanza para tener en cuenta los resultados de la evaluación.
► La necesidad de que los alumnos sean capaces de evaluarse a sí mismos.
► El reconocimiento de la profunda influencia que la evaluación tiene sobre la motivación y la autoestima de los alumnos, influencias cruciales ambas sobre el aprendizaje.

Publicado en Revista 151

El ámbito de intervención del presente trabajo es la lengua, específicamente la enseñanza de la lectura en un grupo de Segundo grado de una escuela pública ubicada en la periferia de la ciudad de Montevideo.
En el segundo semestre del año, la maestra de apoyo lleva adelante la secuencia “Estrategias de lectura en Segundo grado: Juntos podemos leer”, en acuerdo con la docente de referencia del grupo. Como eje, la secuencia toma cuatro libros del escritor Ricardo Alcántara: Óscar ya no se enoja, Óscar y la mentira, Óscar tiene frío, El secreto de Óscar.
En cuanto al rol y a la función del maestro de apoyo, la Inspección Nacional de Educación Especial elaboró un Protocolo de Inclusión Educativa que contribuye a garantizar la igualdad de derechos a la niñez con discapacidad, y que entre otros aspectos define:
«- Apoyar y atender el proceso de inclusión educativa de los alumnos con Discapacidad. 

- Apoyar a los alumnos con problemas para aprender y dificultades de aprendizaje, jerarquizando el apoyo al primer ciclo escolar (...) 
Desarrolla su función de apoyo al alumno, al docente, al grupo escolar, a la institución y a la familia actuando participativamente con los docentes de aula y todos los integrantes de la comunidad educativa. Lo realiza en una organización escolar definida por la Dirección de la Escuela en la que se encuentra, en función de los recursos disponibles.» (ANEP. CEIP, 2014:6)

Se elige llevar adelante un proyecto en torno a la lectura debido a que es uno de los campos en que se detectaron mayores dificultades en el grupo, pero también porque en los primeros años escolares, la adquisición de la lectura tiene un papel fundamental en las posibilidades de los niños de comprender y desenvolverse satisfactoriamente, tanto en el ámbito escolar como social. «(...) la alfabetización contribuye positivamente al fomento de su autonomía, propiciando su autoestima, independencia económica y emancipación social (...)» (ANEP. CEIP, 2016:14)
La docente de apoyo, en su modalidad de trabajo con todo el grupo, planifica estrategias de intervención para estimular y favorecer la puesta en práctica de diferentes estrategias de lectura en cada uno de los estudiantes (cognitivas y discursivas), tendiendo a la construcción de significado.

Publicado en Revista 148

El Programa Maestros Comunitarios (PMC), que se desarrolla en las escuelas hoy denominadas A.PR.EN.D.E.R (Atención Prioritaria de Entornos con Dificultades Estructurales Relativas), cumple diez años, y con esta motivación decidimos compartir nuestra experiencia. 

Este programa tiene como convicción que lo necesario es mejorar el vínculo escuela-familia y encontrar pedagógica y didácticamente los caminos
para que nuestros niños tengan el deseo de aprender, perdido por muchas causas.

Con el compromiso de todos los actores involucrados en el programa: grupo de referencia, profesores de Educación Física, maestros, padres y comunidad nos proponemos caminar juntos hacia una Escuela Comunitaria y trabajar en forma colaborativa. 

Con familias diferentes y niños diferentes nos aventuramos a buscar otros encuentros. Es así que se hizo necesario explorar los caminos donde todos debimos generar espacios de participación, ser parte de, donde todos reflexionamos y donde debimos repensar cómo gestionar una nueva manera de hacer escuela a través de actividades circenses.
La idea surgió el año pasado cuando reunidas la directora, la maestra comunitaria y la profesora de Educación Física con el motivo de planificar para el grupo de integración del Programa Maestro Comunitario, decidieron comenzar a realizar actividades circenses una vez por semana y se escribió un proyecto titulado “Rompecabezas” que se transformó en una gran aventura pedagógica.
Se comenzó entonces a formar el grupo de integración compuesto por niños con las siguientes características:
► Escasa motivación para aprender.
► Baja autoestima.
► Tímidos.
► Desmotivados desde la familia.
► Problemas de conducta e integración.
► Dificultad motriz, cognitiva, socioafectiva.


A través de dicho proyecto se intentará fortalecer los aspectos cognitivos, motrices y socioafectivos, fomentando un desarrollo integral del niño.

Publicado en Revista 140

Pensar la escuela y la intervención del maestro comunitario desde el concepto de integración educativa se ha transformado en una especie de columna vertebral en lo que refiere a la aplicación del Programa Maestros Comunitarios (pmc) en nuestra escuela.
Creemos con firmeza que para favorecer el desempeño escolar de los niños que integran el pmc, es necesario recorrer un camino que permita
ir construyendo en el niño una matriz de fortalecimiento de la autoestima. Consideramos que algunos indicadores que se utilizan para medir
el impacto del pmc, por ejemplo, la incidencia en las repeticiones, no dan cuenta plenamente de los muy importantes procesos que realizan
los niños y las familias que integran el programa.
Muchas veces, estos procesos no coinciden con una promoción.
Entendemos que el cotidiano accionar en estos grupos, donde los niños y las niñas ocupan un rol grupal diferente, contribuye al tránsito escolar por otro lugar en el que dejan de ser invisibles, problemáticos, apáticos, agresivos.
Las posibilidades del pequeño grupo, con niños y niñas de todos los grados, permiten un tiempo docente para atender sus demandas. Este
acercamiento habilita realizar acuerdos precisos de trabajo, que hacen posible avanzar positivamente hacia los objetivos del pmc y hacia los
objetivos de la institución educativa.

Publicado en Revista 136

Un tablero, 32 piezas y dos mentes pensantes. Con algo tan simple es posible desarrollar e incrementar un gran número de habilidades cognitivas en los niños, que les servirán asimismo para aplicarlas durante su proceso educativo en otras áreas o materias. Ya sea considerado
como juego o como deporte, el ajedrez es una gran herramienta pedagógica y educativa para los más jóvenes.
Desde el año 2005, el docente comienza a trabajar como maestro comunitario, y decide incorporar el ajedrez como una herramienta pedagógica en los grupos de Integración educativa, ya que permitió lograr variados objetivos como mejorar la concentración, elevar la autoestima de los niños, propiciar el cambio conductual, establecer instancias donde hablar, escuchar, escribir y leer sean herramientas necesarias para poder comprender, solucionar problemas, tomar decisiones y analizar sus consecuencias.

Publicado en Revista 127

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