El presente trabajo busca dar cuenta de parte del recorrido realizado por niños y docentes de escuelas públicas de Canelones, Salto y Soriano con relación al Sistema Solar.
Al comenzar el trabajo con nuestros alumnos se visualiza que sus saberes respecto a este tema se centran predominantemente en una etapa descriptiva; saben el nombre de los planetas, su ubicación en torno al Sol y que tienen algún movimiento, en particular el de traslación. No se cuestionan las distancias, los tamaños ni su movimiento de rotación; tampoco se preguntan cómo se sostienen ni cómo se mantiene ese movimiento. Estos datos nos parecieron relevantes a la hora de pensar nuestras intervenciones. Fue necesario entonces problematizar esos “saberes” para repensarlos a la luz de una astronomía escolar que estuviera en sintonía con una ciencia escolar que prioriza la naturaleza de la ciencia.
Para ello fue imprescindible analizar y reflexionar sobre los contenidos que era necesario abordar, así como sobre las dificultades y obstáculos a la hora de aprenderlos. Algunas de las preguntas que buscamos responder fueron; ¿qué es importante que se conceptualice del Sistema Solar? ¿Cuáles
son los obstáculos que se visualizan en la construcción que nuestros alumnos han hecho sobre él?
Se resuelve abordar estos tres aspectos en la secuencia:
1) los cambios que ha tenido el concepto de Sistema Solar, ya que como todo conocimiento científico es una construcción;
2) promover el pasaje de la descripción a la conceptualización, considerar el Sistema Solar como un conjunto gravitacional formado por una estrella, el Sol, que da nombre al sistema, y un conjunto de astros –planetas, asteroides, lunas, cometas...– que la orbitan directa o indirectamente y el espacio comprendido entre ellos;
3) redimensionar comparativamente el diámetro del Sol, de los planetas y la distancia entre todos ellos.
Nota: Esta es una reedición adaptada del artículo “El movimiento... (2ª parte). De cómo la Tierra se puso a girar en torno al Sol”, publicado
en QUEHACER EDUCATIVO, Nº 64 (Abril 2004). Agradecemos a la autora por su autorización.
En más de una ocasión hemos reflexionado sobre la necesidad de abordar lo que caracteriza a la ciencia y al conocimiento que ella produce.
El cuento que antecede este artículo es un buen ejemplo de cómo trabajar esos contenidos al mismo tiempo que se están presentando otros. (Ver Cuento) Aquí, la esencia del cuento hace referencia al movimiento relativo de los planetas y a la forma en que la humanidad lo vio y lo vivió. Pero es posible hacer otras lecturas. Por ejemplo:
► ver como el contexto científico incide sobre los conceptos;
► analizar la naturaleza de los argumentos usados en cada caso para sostener las afirmaciones;
► constatar cómo surge la necesidad de probar lo que se está afirmando;
► notar cuando aparece la diferencia entre probar evidencias y construir explicaciones.
Se realizó un análisis de la modelización realizada y las representaciones que denotan los dibujos, nos permitieron visualizar algunos avances en las ideas acerca de los movimientos de los astros en el sistema Sol-Tierra-Luna. Sin embargo debemos dudar, estas nuevas ideas, ¿representan un convencimiento momentáneo en el niño o implican una comprensión que puede realmente trascender en el tiempo? De cualquier forma sabemos que simplemente fue un comienzo, las actividades propuestas lograron poner en juego los modelos mentales que tenían sobre estos fenómenos. A lo
largo del año y de la escolaridad será necesario potenciar el diálogo entre la observación de la realidad y el proceso de imaginación y de abstracción necesario para el aprendizaje de los conceptos astronómicos.
Aveces, los mayores escollos en la enseñanza están en nuestra falta de dominio del tema, de interrelacionarlo, de visualizar una transposición
didáctica adecuada.
Desde una posición topocéntrica es el Sol el que aparentemente se mueve por el cielo durante el día. Cuando decimos que el Sol sale por el Este y se oculta por el Oeste, estamos generalizando. El Sol sale exactamente por el Este y se pone exactamente por el Oeste durante los equinoccios; en esos días, los arcos y la cantidad de horas luz son iguales.
Durante la primavera y hasta el verano, el Sol saldrá y se ocultará cada día más hacia el Sureste, el arco solar será más alto y largo, las horas luz serán más. Durante el verano, si bien el Sol sale y se pone hacia el Sureste, cada día se va acercando más al Este, disminuye lentamente la altura de su arco y la cantidad de horas luz. En otoño, el Sol comienza a salir y a ponerse del Este hacia el Noreste con la consiguiente disminución de su arco y de las horas luz. Durante el invierno regresa lentamente del Noreste al Este, su arco se hace más largo y aumentan las horas luz.
Este desplazamiento aparente no se da en toda la superficie terrestre, ni de la misma forma; es válido para nuestro país por la latitud en la que se encuentra. Si pensamos el sistema Sol-Tierra desde afuera, esto sucede porque la Tierra se traslada alrededor del Sol con su eje inclinado paralelo a sí mismo.
Todo comenzó por una pregunta: ¿qué alcance tiene “Las estaciones” en primer grado? Los contenidos que posibilitan su conceptualización desde un punto de vista astronómico, se distribuyen entre primer y cuarto grado. Consideramos equivocado enfocarlo desde Ciencias de la Tierra –el tiempo atmosférico en las distintas estaciones–; desde la Biología –cambios que manifiestan algunos seres vivos–; o desde las Ciencias Sociales –actividades
humanas según las estaciones–. Esos enfoques dejan de lado la mirada astronómica; entonces, ¿qué deberíamos enseñar en primer grado?
En los primeros grados, el programa plantea la observación de los fenómenos astronómicos desde “el adentro”, desde la Tierra, y más específicamente desde lo local. ¿Qué fenómeno vinculado a las estaciones es susceptible de ser observado? Sin duda, el movimiento aparente del Sol, que cambia a lo largo del año en dos aspectos.
► En la altura, y por ende en la longitud del arco que recorre. Altura que puede medirse directamente o a través de las sombras que genera; longitud de recorrido que implica más o menos horas luz.
► En el lugar de salida y puesta, que puede registrarse por mojones locales o por los puntos cardinales.
Como “La duración día-noche” es contenido de primer grado, su variación en el año parece estar implícita. También un primer intento de explicación relacionado al recorrido del Sol por llegar a mayor altura. De ahí que reorganizáramos los contenidos programáticos buscando una mayor coherencia
disciplinar escolar.
Para avanzar conceptualmente en el tema propusimos una secuencia que promoviera la observación de esos fenómenos astronómicos y su posterior análisis e interpretación.
Ninguno de los tres grupos del Nivel Cinco años en los que se realizó la secuencia de enseñanza que en parte presentamos, había trabajado Astronomíaen el Nivel Cuatro años. Por eso la iniciamos con actividades diseñadas para que los niños expresaran su pensamiento, confrontaran opiniones, defendieran convicciones.
Varias idas y venidas marcaron el inicio del camino. Era necesario que ampliasen su idea de cielo a una bóveda y que acotasen los elementos diurnos y nocturnos a los astronómicos, a la vez que iban conociendo el movimiento aparente diurno del Sol, tanto por su observación directa como por la
variación de las sombras.
Me propuse crear situaciones que diesen cuenta de la relatividad del movimiento; aproximar a los niños a la noción de que el movimiento de un objeto
depende del sistema de referencia y de que este es arbitrario, lo establece el observador.
Actividades que fundamentalmente estimulasen el pensar, expresar ideas y reflexionar a partir de las mismas. Trabajo con grupos pequeños para favorecer el intercambio de opiniones, para poder escuchar a cada uno e intervenir en forma más personalizada.
La siguiente propuesta reorganiza algunos contenidos presentes en el programa escolar y propone abordar un concepto de cuarto grado que tiene cierta complejidad, como es el de reflexión, por el nivel de abstracción que requiere.
Lo que se plantea son diversas actividades que ayuden a construir ideas vinculadas con la luz y sus interacciones, para ir avanzando desde las evidencias a las explicaciones.
En primera instancia se sugiere trabajar con aquellas ideas que deberían haber sido construidas en los años anteriores: la luz es una entidad en el espacio, viaja en línea recta, al interactuar con los objetos se comporta de diferente manera; el modo en que lo hace depende de la naturaleza
del objeto con el que interactúa.
Una de las actividades exploratorias que debería estar presente en la secuencia de aprendizaje es la de aproximar al niño a la idea de movimiento de la luz. Hay que enfrentarlo a situaciones diversas donde las evidencias sean la luz “pasa”, “atraviesa”, “rebota”, “es absorbida” en algunos
objetos, entendiendo a la luz no como fuente, sino como entidad, aunque esta idea sea difícil de explicitar. Es a través de sencillos experimentos que los niños pueden evidenciar ese “movimiento de la luz” abordando la idea de propagación rectilínea, ya sea con una linterna común o con un láser, o
aprovechando la luz del Sol.
Por otro lado, el planteamiento de situaciones donde la luz interactúe con diversos objetos les permitirá construir la idea de que la luz tiene diferentes comportamientos: cambia su dirección al encontrarse con un medio diferente, atraviesa un material transparente, le aumenta la temperatura al material de un objeto, proyecta sombras, proyecta imágenes sobre la superficie en que rebota y a veces tiene varios de esos comportamientos a la vez. La clave está en detectar algunas evidencias que den luego lugar a posibles explicaciones de por qué ocurre lo que ocurre.
Celebramos el debate porque es necesario. Nadie puede estar conforme con los resultados que estamos teniendo en los aprendizajes de la
lengua; claramente, nos interpelan. Las prácticas de enseñanza, las orientaciones técnicas en la materia, las políticas de formación docente
inicial y en servicio, los materiales escolares, son –en nuestra lectura– todas dimensiones del problema que necesitan ser evaluadas, revisadas,
criticadas y, seguramente, transformadas integralmente si queremos cambiar esta realidad.
En el colectivo cada vez recibimos más estudiantes y maestras noveles en busca de una formación para la alfabetización inicial que sienten como muy insuficiente en sus trayectorias previas.
También se suman más compañeras “experientes” que exploran y reinventan la metodología en sus aulas. Aparecen escuelas que asumen el ensayo en el ámbito institucional. Crece el movimiento con el transcurrir del tiempo...
Algo habrá entonces que merece ser compartido en una conversación honesta y abierta. Desde ese lugar, a continuación esbozaremos algunos ejes de nuestra propuesta metodológica, que pensamos pueden aportar a este debate.