El juego ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad, y ha sido y es generador de cultura, de pautas y normas culturales
que se instalan en la sociedad y tiñen todas sus capas y estratos. De esta forma podemos entender que el juego reproduce las pautas culturales
vigentes impuestas por la cultura dominante, las reafirma; y a través de él podemos hacer una lectura de la sociedad y sus instituciones, de sus
vínculos, de sus formas de comunicación, de sus espacios de convivencia y de violencia.
Sin embargo, también a lo largo de la historia podemos encontrarnos con episodios que nos relatan y delatan otra faceta del juego, aquella
que lo coloca en la posibilidad de haber sido refugio de experiencias que amenazaban con cuestionar el orden establecido, como Las Fiestas
de Locos en la Edad Media.
Desde esta óptica, el juego aparece como un posible dinamizador de la cultura y como un portador de nuevas pautas culturales, que anuncia
la posibilidad de formas sociales distintas.
Si admitimos que esto es así, entonces consideramos oportuno plantear que esta “doble condición” del juego, esta doble posibilidad, implícita
en su esencia, de convertirse en reproductor de las pautas culturales vigentes y, a la vez, de ser portador de nuevas y distintas formas de
vínculo social, nos obliga a pensar en qué tipo de propuestas lúdicas consideramos los docentes que es necesario plantear para construir una
sociedad distinta, que conserve lo saludable y construya nuevos vínculos más solidarios y cooperativos.
Este artículo parte de una reflexión que hemos compartido en distintas ocasiones, cuando conversamos sobre algunos aspectos de la cotidianidad del aula. Muchas veces nos encontramos pensando e intercambiando sobre la necesidad de darle más lugar al cuerpo del niño en la escuela. A veces pensamos que la educación no se ha ocupado del cuerpo, pero sí lo ha hecho, la escuela siempre se ha ocupado del cuerpo, pero se ha ocupado de controlarlo, de contenerlo, de ordenarlo, de estudiarlo.
Como señala Scharagrodsky (2007), históricamente: «El formato escolar participó muy activamente en la fabricación de una determinada cultura somática» (ibid., p. 3), el cuerpo del niño y de la niña ha pretendido ser domesticado, regulado y controlado por el sistema educativo. Por lo tanto hay que plantear con cuidado la idea de que el cuerpo en la escuela haya sido olvidado, pues esto no debe hacernos pensar que hubo carencia de órdenes corporales: «Nunca hay vacío en las escuelas. Esto es así porque cualquier proceso que niega y reprime siempre tiene una instancia afirmativa y productiva» (ibid., p. 4).
Si bien el niño de Educación Inicial tiene mayores permisos para moverse y ser, sin estar o sentirse “sujetado”, no siempre los docentes pensamos nuestras propuestas de enseñanza desde el cuerpo como lugar de aprendizaje, no pensamos desde el cuerpo del niño y tampoco desde nuestro cuerpo como docentes, ese cuerpo que sostiene y conforma la corporeidad del otro.
En este artículo, la reflexión no va hacia actividades específicas, nuestro pensamiento va en busca de esbozar algunas respuestas a preguntas cómo: ¿por qué ocuparse del tema del cuerpo?, ¿por qué ocuparse del tema del cuerpo en la educación inicial? Y allí comenzamos a desglosar aquello que considerábamos medular: el niño aprende desde el cuerpo, y el desarrollo de su corporeidad se da desde el nacimiento. Y que tomar conciencia de la importancia de trabajar desde el cuerpo en Educación Inicial es reconocer al sujeto completamente y, por tanto, hacer efectivo su derecho a educarse.
Las autoras de este artículo son maestras que desde hace muchos años vienen investigando, probando, cuestionándose, reflexionando sobre la Expresión Corporal en la escuela, y la posibilidad de pensar y llevar al aula un aprendizaje desde el cuerpo. Es su intención compartir algunas de sus reflexiones desde la convicción de que el camino se va abriendo a medida que se recorre, y de que es un camino a transitar en colectivo.
En el artículo, organizado en tres partes o secciones, pretendieron abordar la Expresión Corporal en la escuela.
En la primera parte se realiza un recorrido conceptual. En la segunda sección se piensa en lo didáctico, desarrollando la metodología de la Expresión Corporal en la escuela y buscando aportar una mirada al programa escolar vigente, que promueva posibles recorridos y abordajes de la disciplina en el aula.
Y en la tercera parte, comparten algunas propuestas sobre el eje ESPACIO en los distintos niveles escolares.
La Ley Nº 18.437 (Ley General de Educación) incluyó en su contenido mecanismos de participación de los trabajadores de la enseñanza, en ámbitos que puede señalarse con carácter general implican fenómenos de participación colectiva a favor de los trabajadores.
En el artículo, se detalla que esta participación, con ser importante en el contexto de la ley, no se identifica expresamente con la acción sindical a través de la organización representativa de los trabajadores del Organismo de que se trate.
La gestión del Sindicato, su plan de acción y la promoción y defensa de sus intereses, se expresa indudablemente a través del diálogo, de la participación, de la movilización y de la libre expresión de sus ideas, pero fundamentalmente, a la hora de actuar en el ejercicio de su derecho a la determinación de sus condiciones de trabajo, ello se cumple a través de la efectiva negociación en defensa de sus intereses, en ámbitos de carácter paritario, y en la búsqueda de acuerdos o consensos donde estos requerimientos de produzcan, sin perjuicio del derecho a ejercitar la acción sindical directa orientada a los mismos fines.
Cuando de enseñar Matemática se trata, plantear problemas a los alumnos aparece como una actividad ineludible. Sin embargo, a lo largo de la historia, la manera de concebir la función de los problemas ha presentado diferentes concepciones. Esta evolución refiere no solamente a los objetivos de los mismos, sino también a la
forma de gestionarlos en clase. La cuestión de la gestión está directamente vinculada al propósito de su presentación.
Hoy partimos del supuesto, elaborado desde hace más de treinta años por la Didáctica de la Matemática y resumido por Roland Charnay (1994) en la expresión: El problema es «fuente, lugar y criterio de la elaboración del saber».
Consideramos entonces la presentación de los problemas a los alumnos como el momento por excelencia en la enseñanza de las nociones matemáticas.
Pero esas nociones aparecen en cada situación en alguno de sus aspectos y significados, dejando de lado otros. Para aprenderlas habrá que poder utilizarlas y reflexionar sobre ellas en diferentes situaciones particulares donde aparezcan con distintos significados, representaciones y relaciones, y se deberán analizar estas
diferencias y establecer vinculaciones entre ellas. Solo así los conocimientos se cargarán de significado.
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La FUM-TEP ha logrado un acuerdo pionero en Latinoamérica, para crear una APP exclusiva para suscriptores de Quehacer Educativo.
Les presentamos a Radio Butiá.
Una plataforma digital que transmite las 24 horas, canciones y cuentos para nuestros niños, niñas, y todos aquellos que quieran disfrutar de propuestas nacionales y latinoamericanas, con calidad artística y educativa.
La idea es brindar esta herramienta para promover la inclusión y promoción del arte, música, literatura y la canción infantil de calidad cultural, en los centros educativos, valorando la expresión y la creatividad.
Como forma de promover niños y niñas sensibles, capaces de manifestar sus sentimientos, de elaborar sus pensamientos y de desarrollar creativamente sus ideas mediante el desarrollo pleno de sus potencialidades, apostamos a que crezcan en libertad de expresarse en todas sus dimensiones.
Concebir la enseñanza del Área del Conocimiento Artístico implica aceptar el “paradigma de la incompletud” que tiene como eje a un arte que filosofa, que genera nuevas formas de pensar, que insta a preguntar y preguntarse en forma permanente.
La consideración de la Educación Artística desde un enfoque integral e integrador, obliga a “revisitar” los diferentes dispositivos educativos existentes como una forma de respetar el camino andado, alejándose de la aplicación de una razón metonímica que «contrae el presente porque deja por fuera mucha realidad, mucha experiencia, y al dejarlas afuera, al tornarlas invisibles, desperdicia la experiencia» (de Sousa, 2006:21). Se entiende que al ensanchar el presente vivido, potenciando los aciertos y recuperando el valor del error como posibilidad de crecimiento, es factible atender la singularidad y compensar las desigualdades entre los involucrados, y se constituye en un genuino proceso de “traducción” donde unos saberes y unas experiencias pueden constituirse en otros saberes y en otras experiencias, donde se busca la «inteligibilidad» de los saberes sin pretender homogeneizarlos.
Aunque este desarrollo incluirá el proceso de negociación colectiva en el último período que acaba de culminar Convenio Colectivo mediante,
nos abocaremos a la realidad de la FUM-TEP, que es la que conocemos y a quien asesoramos, aunque el sistema de relaciones laborales en el sector público, como veremos, se desarrolla en sus instancias superiores a través de la negociación “de rama”, expresión que aunque algo impropia, se utiliza a los efectos de compartimentar los procesos en sus diferentes ámbitos.
El sistema de relaciones laborales en la Administración Pública, y en particular la Negociación Colectiva en ese Sector, se regula, se desarrolla, se ampara y se fomenta a través de la Ley Nº 18.508 del 16 de julio de 2009 sobre “Negociación colectiva en el marco de las relaciones laborales en el sector público”.
A partir de la resignificación del lugar del cuerpo en los aprendizajes escolares, este artículo realiza algunos aportes para la reflexión acerca de la dualidad existente entre nuestros discursos teóricos y nuestras prácticas cotidianas.
Plantea la importancia del cuerpo como mediador natural en nuestra comunicación y su presencia en los diferentes lenguajes artísticos.
Los docentes aspiramos a una formación integral de niños y niñas. Sin embargo en el aula, y aun fuera de ella, muchas veces olvidamos
que niños y maestros, además de mente, poseemos cuerpo. Nuestras propuestas, actividades y tareas jerarquizan y se dirigen mayoritariamente
hacia lo cognitivo, favoreciendo el desarrollo intelectual.
Esta disociación mente-cuerpo es una realidad fuertemente internalizada en la escuela y también en la sociedad en su conjunto. Es posible encontrarla formando parte de ideas, creencias y valores culturales, de los cuales las prácticas escolares constituyen su reflejo.
Por ello resulta necesario reflexionar acerca de la integración del cuerpo y de la mente como elementos que forman parte de un todo, en una compleja y dinámica unidad. Atendiendo esta problemática, el trabajo a partir del arte y sus diferentes disciplinas contribuye a la educación integral de niños y niñas, rompiendo con viejas narrativas.
Trabajo elaborado en el marco del Curso de Apoyo a la Calidad del Egreso Escolar, PAEPU (2012).
En esta instancia se pretende abordar aspectos que son inherentes a la enseñanza de la Matemática y que no siempre son objeto de análisis.
Se centrará la atención en la planificación de actividades de producción de escrituras matemáticas que impliquen el trabajo con distintas
representaciones semióticas, para contribuir a la conceptualización de la media aritmética o promedio de datos.
¿Qué se escribe en la escuela en Matemática?
Se escriben representaciones semióticas en diferente tipo de registros: lenguaje natural, numérico (enteros, expresiones decimales, fraccionarias, porcentaje), figural (figuras geométricas), gráfico (representaciones pictográficas, icónicas, gráficos), algebraico. En muchas circunstancias esas representaciones se usan, pero no siempre se planifican actividades para tomarlas como objeto de enseñanza.
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