Desde la perspectiva de una educación integral como la que se plantea en nuestro programa escolar, no es posible formar a las personas sin considerar todas las dimensiones que la componen. No nos podemos olvidar de que la sexualidad es una de ellas. Esta dimensión posee componentes biológicos, psicológicos, culturales, históricos y éticos.
En este artículo compartimos una experiencia realizada en el año 2013 a cargo de maestras de sexto grado, las que planificaron un proyecto de Educación Sexual integrando áreas del conocimiento y desde una formación integral.
El compromiso ético de las docentes con sus alumnos y alumnas determinó planificar una intervención para abordar un problema de nuestro
tiempo, que se hacía manifiesto en las actitudes, los juegos y los diálogos de los niños y niñas: la cosificación de la persona que reduce al ser humano a un objeto, modelos basados en la inequidad de género, abuso y explotación sexual naturalizada en la cultura cotidiana.
Las nuevas generaciones están en interacción con una gran variedad de discursos contradictorios que convergen en espacios que influyen en su
formación como personas; el mundo del consumo les ofrece todo, menos la dimensión humana, que no se compra, se educa y se crea desde el interior de la persona, para lo que se necesita contar con el compromiso y el acompañamiento de adultos referentes en el ámbito familiar y educativo.
El artículo transcribe la reflexión y anaálisis de un grupo de docentes, en torno a la educación sexual. consideraron como necesaria la implementación y la ejecución de un proyecto, entendido este como un emprendimiento colectivo con fines precisos, estructurado para resolver una situación problemática.
Es considerando el proceso educativo como formador de sujetos autónomos y base de ciudadanía, que se enmarca el proyecto elaborado, para lograr ciudadanos responsables, capaces de tener una sexualidad responsable y placentera.
En sexto grado aparece como contenido la construcción de la sexualidad en el marco del proyecto de vida personal, contenido que enmarcado en una didáctica crítica impone el desafío de contribuir a «que el alumno pueda aproximarse al conocimiento de la realidad social como sujeto con posibilidad de elección y capacidad de transformación» (ANEP. CEIP, 2009:104).
El primer concepto clave es el de “construcción” de la sexualidad, entendiéndola así como una realidad que emerge de un sistema social en el que los participantes se “acomodan” a un modelo que los diferentes agentes de socialización van orientando.
El desafío era que los chicos concibieran la sexualidad como una construcción social. De esta manera se introducen la asignación de género y la identidad sexual como parte del proceso de construcción de la sexualidad mediante las diferentes propuestas.
La educación sexual debe ser encarada teniendo siempre presente el principio de laicidad, es decir, con el mayor respeto por las ideas filosóficas, religiosas o de otro tipo, así como promoviendo el acceso a la información, el pensamiento crítico, la pluralidad de opiniones, que les permita a nuestros niños tomar decisiones donde los aportes de cada persona den sentido al colectivo.
Los docentes debemos desarrollar una perspectiva de derechos, que implica una práctica continua y sistemática que impulse valores integrados a los deberes y derechos, en la construcción de la sana convivencia. Implica además ayudar al educando a identificar los valores morales en juego para poder construir un proyecto de vida sana, dejando de lado aquel antiguo concepto de salud como ausencia de enfermedad.
El artículo es un resumen de una investigación llevada a cabo en 2012, en el marco del Seminario Género y Educación, cursado en 4to. año de la FHCE.
El ámbito en el que se investigó, fue el académico, donde los sujetos se forman y son susceptibles de recibir influencias que determinan y condicionan su capacidad intelectual y afectiva, principalmente en las instituciones educativas y sociales de temprana edad, donde los sujetos construyen y tejen relaciones con sus pares. Los estímulos a los que se los expone influyen en la idea que construirán acerca de qué es lo que deben o pueden hacer y lo que se espera que hagan según sean varones o mujeres.
Autor: Silvana Echevarne
Concepto: La Educación Sexual es una demanda social, basada en el derecho de niñas, niños y adolescentes a tener información rigurosa, objetiva y completa del sistema sexual y su funcionamiento. La reflexión y el análisis de adecuada información permiten a niños y jóvenes un ejercicio saludable de su sexualidad.
Revista Nº 93
Febrero de 2009
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