La Matemática, como toda disciplina, apela a un lenguaje particular para referir a los objetos y relaciones matemáticas. Este lenguaje está
cargado de representaciones semióticas.
Las representaciones semióticas son marcas que están en el lugar de algo, y juegan un papel fundamental en el aprendizaje de la Matemática y en la construcción de las representaciones internas.
Las representaciones semióticas se constituyen en la “puerta de entrada” a un objeto matemático. Y es una de las paradojas que plantea Duval (1999): se accede a los objetos conceptuales a través de las representaciones semióticas. Esta se constituye en una de las dificultades de comprensión que enfrentan los alumnos en el aprendizaje de la Matemática.
¿Por qué la escuela debe enseñar a leer y a escribir Matemática?
Hay representaciones que utiliza la Matemática, reglas de utilización de esas representaciones, que le son propias; por lo que la lectura y la escritura deben considerarse prácticas sociales situadas y dependientes del ámbito disciplinar.
Tanto la lectura como la escritura cobran un nuevo estatus dentro de los proyectos de enseñanza de la Matemática a lo largo de la escolaridad. No alcanza con que el alumno sepa leer y escribir en Lengua, es necesario enseñar a leer y escribir en Matemática. Y este es un nuevo desafío de los colectivos docentes.
Un tablero, 32 piezas y dos mentes pensantes. Con algo tan simple es posible desarrollar e incrementar un gran número de habilidades cognitivas en los niños, que les servirán asimismo para aplicarlas durante su proceso educativo en otras áreas o materias. Ya sea considerado
como juego o como deporte, el ajedrez es una gran herramienta pedagógica y educativa para los más jóvenes.
Desde el año 2005, el docente comienza a trabajar como maestro comunitario, y decide incorporar el ajedrez como una herramienta pedagógica en los grupos de Integración educativa, ya que permitió lograr variados objetivos como mejorar la concentración, elevar la autoestima de los niños, propiciar el cambio conductual, establecer instancias donde hablar, escuchar, escribir y leer sean herramientas necesarias para poder comprender, solucionar problemas, tomar decisiones y analizar sus consecuencias.
Proyecto de duración anual, pensado a partir de los resultados del diagnóstico del grupo de cuarto grado de la docnete. Se percibe que, muchas veces, los alumnos no entienden las consignas por no comprender lo que leen. Se llevó a cabo este proyecto que implicó lectura, literatura, escritura y oralidad, con la finalidad de despertar el interés por leer y mejorar la competencia lectora.
La tertulia literaria es una actividad cultural y educativa que se ha desarrollado en diferentes grupos de amigos y de entidades. Suele generar estímulos para la lectura y para la participación.
El grupo desarrolló habilidades sociales como la lectura, la expresión, el respeto a las opiniones de los demás. Se abordaron contenidos de literatura, lengua y del conocimiento artístico del grado.
¿Cómo leer investigaciones sociales y educativas? ¿Cuál es la importancia de acercar a los maestros y futuros docentes, herramientas fundamentales para tener acceso a las diferentes investigaciones, realizar una comprensión de las mismas y poder, de este modo, hacer su lectura crítica? ¿Cómo posibilitar el acercamiento de los maestros a los datos (cuantitativos y cualitativos), de modo de propender a la mejora de sus prácticas de aula?
La planteamiento consiste en presentar un artículo por cada una de las revistas a editar a lo largo del año; con los siguientes propósitos:
**brindar herramientas teóricas y metodológicas para la lectura e interpretación de las investigaciones educativas nacionales, regionales e internacionales actuales.
**relevar y seleccionar investigaciones educativas de distintas áreas temáticas de importancia para el ámbito de la educación primaria inicial y de interés para los maestros.
**elaborar resúmenes analíticos de investigaciones educativas relevadas, seleccionadas y analizadas.
En este sentido se presentarán resúmenes analíticos de trabajos realizados, así como elementos para entender las fases de un diseño de investigación: la elaboración de la fundamentación, los antecedentes, objetivos, marco teórico, variables, hipótesis, lectura de cuadros, al igual que formas de procesar y analizar la información tanto cuantitativa como cualitativa obtenida en los trabajos de campo.
El lenguaje, desde el punto de vista mediacional, es el instrumento psicológico de transmisión y construcción de conocimiento más potente que una sociedad puede transmitir a sus miembros, pues posee propiedades recursivas que posibilitan la implementación de operaciones metaconscientes, es decir, que permiten desarrollar el pensamiento reflexivo y crítico.
Es a la vez objeto y medio de enseñanza en el aula. «[...] el aula –con todo lo que en ella sucede- es el epicentro de la didáctica, el marco fundamental de la enseñanza/aprendizaje de la lengua.» (Álvarez Angulo, 1998:187)
M. C. Martínez (1997:12) sostiene que la educación actual debe enfrentar tres importantes problemas: por un lado, una acelerada renovación y diversificación de saberes; por otro, la revalorización de otras formas de aprender y de otros contextos de aprendizaje: la práctica y la experiencia, los medios audiovisuales e informáticos; finalmente, la sociedad comienza a Enseñar a leer, leer para enseñar exigir un perfil diferente de los egresados: un comportamiento multipolar e intelectual diverso, una competencia analítica con capacidad de previsión, de discernimiento y de selección en la toma y ejecución de decisiones. Para poder
afrontar estos problemas es necesario que los docentes tomemos conciencia del papel del lenguaje en los procesos de desarrollo cognitivo y en el desarrollo de una competencia discursiva, que posibilite una postura crítica de los alumnos frente a su aprendizaje como medio de ampliar las posibilidades de comunicación y acceso al conocimiento.
El aprendizaje de la lectura es trascendental para la escolarización y para el crecimiento intelectual de la persona, puesto que «quien aprende a leer eficientemente y lo hace con constancia desarrolla su pensamiento » (Cassany y otras, 2001:194-195).
Seleccionar nuestro aporte al tema de la revista fue una tarea compleja. ¿Qué jerarquizar? ¿Con qué criterios? ¿Cuáles son las mayores dificultades al momento de organizar la enseñanza?
¿Cuáles podrían resultar pasibles de ser modificadas para comenzar a superarlas? ¿Qué líneas directrices serían las más potentes y fructíferas?
¿Qué ejes conceptuales podrían generar exploraciones para innovar?
Partimos del supuesto que enseñar la ciencia escolar requiere: enseñar a pensar –elaborar modelos explicativos de la realidad–, a hacer –intervenir en esa realidad– y a comunicar –generar lenguajes que relacionen los modelos con las intervenciones–. Por lo tanto hemos de organizar a la vez lo teórico, lo experimental y lo lingüístico;
lo que cada grupo en particular puede pensar, hacer y decir para aprender lo esencial de esa ciencia (Izquierdo, 2005b).
Decidimos tomar tres aspectos de la actual agenda de la didáctica de las ciencias: integración de saberes, el papel de la lengua en el aprendizaje de la ciencia y el proceso de modelización.
En cada uno de ellos se presenta el marco teórico que lo fundamenta y se desarrolla una propuesta de enseñanza para determinado nivel o grado escolar. Por último incorporamos el análisis de una actividad que se centra en los conocimientos que los niños poseen.
En esta compleja tarea de “enseñar a leer y escribir” en sexto grado, los docentes tenemos una gran cuota de responsabilidad no solo porque debemos “preparar” a nuestros niños para que adquieran la tan ansiada “competencia lingüística”, sino porque cada uno de ellos debe hacer propias las estrategias discursivas en función
de sus potencialidades. A esta tarea estamos abocados, siempre desde la firme convicción de que todos los niños son capaces de adquirir mayores dominios en las habilidades de leer y escribir.
Las prácticas de escritura que inciden fuertemente sobre nuestros alumnos son aquellas que se sistematizan con rigurosidad y se construyen desde la revisión colectiva. Aquí nuestro rol de enseñantes de la Lengua toma un valor preponderante. Al mediar, nos toca también una fuerte tarea de enseñar.
Cuando recibimos a los niños de sexto grado en nuestras aulas, asumimos la responsabilidad de que necesariamente deben incursionar en todas y cada una de las tipologías textuales. Y es en este grado cuando se hace imprescindible explicitar las características de los textos explicativos y argumentativos, debido a que serán los que ellos manejarán en su futura formación académica.
En este proceso de desarrollar prácticas de lectura y escritura con mis niños, y como maestro de Tiempo Completo, las formadoras del “Curso de Apoyo a la calidad del egreso escolar” nos solicitaron que propusiésemos una actividad de escritura de un texto explicativo y que, en función del mismo, tomásemos las inadecuaciones textuales más destacadas de un texto que fuera representativo del grupo. A partir de estas inadecuaciones debíamos proponer una instancia de intervención docente
para paliar las mismas.
La producción textual seleccionada se enmarca dentro de una secuencia de abordaje del texto explicativo que el grupo ha venido trabajando desde hace un tiempo.
Creo que es importante destacar que el grupo se ha ido acostumbrando poco a poco a relacionar la lectura con la escritura, en tanto la presentación de textos modélicos y la definición de sus características les permitieron avanzar en la elaboración de textos propios.
La enseñanza de la lengua en la escuela debería tener un enfoque comunicativo en un modelo apropiativo-aproximativo.
Se propone trabajar en los ejes escuchar-hablar, leer-escribir. Para esto, se aborda el "antes, durante y después de leer" en los textos de estudio, el enseñar a escribir, el enseñar a hablar y a escuchar en la escuela.
El presente material consta de dos partes que, aunque pueden leerse en forma independiente, aspiran ser una el complemento de la otra.
En la primera parte se pretende responder desde el punto de vista teórico a la pregunta, ¿qué debería saber el docente respecto del contenido que seleccionó para enseñar? Para responder a esta pregunta nos apoyamos en Duit (2006), un autor alemán que retoma viejas ideas de Shulman respecto al conocimiento didáctico del contenido. Con este marco planteamos la necesidad de recuperar la profesionalización docente desde el debido análisis del contenido a enseñar.
En la segunda parte se revisa el concepto de fricción como contenido de enseñanza desde las perspectivas teóricas señaladas en la primera parte, para poder desde allí sugerir actividades para su implementación en el aula.
Proyecto elaborado por el colectivo docente en el año 2011, en las jornadas de coordinación de Escuela A.PR.EN.D.E.R. en ellas, se reflexionó en forma conjunta acerca de: ¿Qué les gustaría leer a nuestros niños? Y si además, ¿lo escribieran ellos? Se les ocurrió la idea de crear su propia “Revista Escolar”. Claro que, además de las dificultades económicas, se presentaron otras más urgentes de resolver. ¿Qué escribir? ¿En qué tiempos? ¿Qué hacer con aquellos niños que estando en 6º grado, por ejemplo, demuestran dificultades en reconocer la recensión de un libro y mucho más aún en producirla? ¿Cómo lograr que no se desinteresen en las propuestas de Lengua?
Se tuvo que repensar la organización de la institución educativa, para que atendiera los intereses y sus potencialidades de los chicos. Se entendió que era necesario un cambio para no continuar reproduciendo el fracaso. Un cambio pensado y ejecutado a la interna de la institución.
Completa el formulario, y suscribite a la revista QUEHACER EDUCATIVO