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Cuando enseñamos geometría en la escuela, uno de los objetivos que buscamos es que los alumnos reconozcan las propiedades de las figuras
partiendo de lo que ya conocen. Aun los más pequeños, al decir “porque tiene tres rayitas” para caracterizar, o “este tiene cuatro puntitos
y no tres como ese” para clasificar, están haciendo referencia a características de figuras como los triángulos o los cuadriláteros.

Los docentes debemos tratar de ampliar la mirada de los alumnos y su percepción, guiando su pensamiento hacia propiedades «no tan visibles» (Broitman e Itzcovich, 2005:7) que les servirán para construir nociones geométricas. Ese modo de concebir la enseñanza donde las actividades deben ser un desafío, deben producir un conocimiento, llevará a nuestros alumnos a establecer nuevas relaciones entre las figuras que estamos estudiando. Para dar sus respuestas, los alumnos se deberán apoyar en las propiedades de las figuras, lo que les permitirá acercarse desde un pensamiento propiamente geométrico y validar, o no, lo realizado.

 

Publicado en Revista 133

Los niños ingresan a primer grado con conocimientos acerca de las figuras geométricas.
Pero ¿esto responde a una construcción de un concepto desde las propiedades de las figuras o a la memorización producto de una enseñanza
ostensiva y nominalista? Cuando les presentamos un cuadrado, un rombo, un trapecio, nos dicen que todos “tienen cuatro líneas y cuatro
puntas”.
Nombrar las figuras y sus características generales, como el número de lados, no es un problema para nuestros alumnos.
Es nuestro objetivo de enseñanza que esos conocimientos avancen hacia la conceptualización de esas y otras características de las
figuras.
Entendemos que en matemática, los aprendizajes se producen al enfrentar a los alumnos a problemas; verdaderos desafíos que impliquen
poner en juego lo que saben para movilizar certezas y promover avances.

A la hora de planificar, el docente debe tener en cuenta qué representará un problema para sus alumnos. Si pedimos a los niños de este nivel
que identifiquen por su nombre figuras que ya conocen y las presentamos en la posición habitual, probablemente esto no representará un
problema. Pero sí podemos plantear situaciones que les permitan reconocer ciertas características y establecer algunas relaciones.

Publicado en Revista 133
Lunes, 26 Noviembre 2018 10:21

Artigas, ¿quería ser argentino?

Esta unidad didáctica se abordó en quinto grado, se centra en el Área del Conocimiento Social, específicamente tomando la historia como disciplina eje. Asimismo se interrelaciona con otras áreas del conocimiento en ciertas propuestas puntuales.

El objetivo fue el "Generar el estudio y el análisis crítico de los hechos históricos, partiendo del interés de los alumnos por desentramar y  profundizar un tema de interés actual.

Publicado en Revista 131
Domingo, 25 Noviembre 2018 13:32

Las fuerzas y los cambios en el movimiento

En el presente artículo sintetizamos parte de un trabajo de investigación que iniciamos con el estudio histórico epistemológico del programa
de Física. Al analizar los contenidos referidos a la Dinámica encontramos que el concepto estructurante de la misma, la fuerza, se presenta
ya en primer grado, con sus dos modalidades de aplicación y a través de uno de sus efectos:
▶ Los cambios en el movimiento.
• Las fuerzas de contacto.
• Las fuerzas a distancia.
A partir del estudio disciplinar del concepto fuerza y en conocimiento de las dificultades de los niños para pensar las fuerzas como una interacción no solo entre seres vivos, sino también entre objetos, definimos el alcance del concepto a enseñar y algunos lineamientos didácticos.
Consideramos conveniente realizar una primera aproximación a la idea de fuerza, reconociendo los efectos que ocasiona en los cuerpos al
ser aplicada: las fuerzas sostienen y deforman, para posteriormente entrar a la Dinámica con las fuerzas como causantes de los cambios en
el movimiento (cf. Adúriz-Bravo et al., 2014).

Publicado en Revista 131

“¿Para qué sirve la Física?”, “Dónde uso los conocimientos de Física que aprendí en la escuela?”, “¿Por qué tengo que aprender Física?”.
Preguntas como estas son frecuentemente dirigidas a profesores por parte de alumnos inquietos, aburridos o descontentos con la Física
que se les enseña en las escuelas. La intención de este texto no es responderlas enfatizando ideas que puedan remitirse a criterios personales o individuales, lo que quiero es colocar en escena aspectos de la enseñanza y del aprendizaje de la Física que aporten oportunidades de reflexión a nuestro trabajo de docencia. Otro objetivo, aun mayor, es generar la posibilidad de construcción de nuevos abordajes para la Física llevada a la escuela, de modo tal que la enseñanza de la Física gane en sentidos y significados relevantes para los alumnos. De esta manera se espera que preguntas como las que abren este texto dejen de existir, no porque no sean importantes, sino porque ya estarán respondidas entre los estudiantes.
A lo largo de este texto me propongo considerar aspectos epistemológicos y didácticos que tienen su influencia en la enseñanza de la Física,
y también evidenciar otros tantos elementos que es necesario considerar a la luz de la realidad contemporánea. Con tal fin organicé la discusión en cuatro puntos centrales, con los cuales en la sociedad actual pretendo realizar una breve inmersión sobre un mismo tema: la Física como disciplina escolar.
Comenzamos por evaluar la Física en la sociedad actual, pasando a explicitar aspectos de la Física como disciplina curricular, y de las relaciones
entre la Física y la escuela para, finalmente, formular algunos comentarios acerca de las contribuciones de la enseñanza de la Física a la formación de los individuos y de cómo hacer de esta perspectiva una práctica escolar.

Publicado en Revista 131

Los asuntos importantes en la formación de una persona pasan por las aulas, porque es el espacio donde el conocimiento tendrá sus raíces,
es el lugar donde se construye identidad.

Los maestros uruguayos asumimos siempre un rol activo y consciente en la construcción de escuelas democráticas.

Poner en práctica una metodología activa entre los alumnos exige movilidad, una forma de organizar los espacios y los tiempos, rutinas
que propicien la participación en la escuela.


Fomentar la participación activa en la vida de la escuela y del entorno, formar ciudadanos en el sentido profundo de educación para los
Derechos Humanos en una cultura democrática, exigen ideas en la mente y prácticas instaladas como rutinas en la institución.
El involucramiento en acciones solidarias, participaciones cargadas de simbolismo que generen cultura que habilite a todos como sujetos
de derecho, y como ciudadanos activos y comprometidos.

Publicado en Revista 130

Hace breves días terminó el proceso de elecciones sindicales de nuestra Federación. Instancia que tuvo altisimos niveles de participación, de militancia y compromiso. Actividad de profundo valor politico, porque la democracia sindical siempre le molesta al poderoso y siempre revitaliza nuestro compromiso. También es prueba de la vigencia de la herramienta sindical en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. En ese contexto llegamos a esta jornada tan importante, en la que reivindicamos el rol de la maestra en la sociedad. No nos cansaremos de repetir que "para que exista aprendizaje es imprescindible el vínculo humano" y por eso reafirmamos cada día, allí donde haya una niña o un niño, habrá una maestra o un maestro. Porque el acto educativo es un acto de amor a la humanidad. Y aseguramos que nunca estarán solos porque somos parte integrante de las comunidades de nuestras Escuelas, porque somos parte de cada historia en cada barrio, localidad o paraje... porque somos colectivamente y porque forjamos un sindicato que nos da dignidad. Nuestra Escuela Pública, sostenida a lo largo y ancho del país por maestras y maestros, es la institución del Estado que llega a más lugares y llega para difundir la ciencia, la cultura, el arte y la PAZ. Allí se trabaja día a día para que el "conocimiento como la luz del sol" llegue a todas nuestras niñas, niños y jóvenes. Magisterio es sinónimo de compromiso y dedicación a la tarea, pero también de lucha por mejores condiciones de vida, mejores condiciones laborales y mejor Escuela Pública. YO ESTOY CON LA ESCUELA PUBLICA es una prueba de nuestras convicciones, de nuestra defensa de la cosa pública y de nuestro compromiso en defensa de los Derechos Humanos y por lo tanto del Derecho a la Educación.
Un recuerdo siempre movilizador, uno de nuestros héroes de la resistencia, Julio Castro escribió: "(...)Los niños no se hicieron para la escuela o el liceo, escuelas y liceos se hicieron para los niños."

FUM - TEP / CSEU / PIT - CNT

Publicado en Noticias y Novedades

Es de destacar la importancia que reviste la incorporación del Área del Conocimiento Artístico en la nueva institucionalidad, dado que ofrece a los docentes la oportunidad de transitar por trayectos de vivencia, reflexión y teoría sobre la enseñanza de esta área.

 

Publicado en Revista 129
Domingo, 02 Septiembre 2018 15:27

Proyecto Aratirí Un análisis desde el aula

El acercamiento del alumno hacia las Ciencias Sociales es un camino progresivo en el cual se ha encontrado con diferentes posturas y teorías
en los ocho años de escolaridad. Han trabajado desde lo cercano a lo lejano, vivenciando las diferentes formas de organización, explotación
y convivencia de las sociedades de nuestro país y del mundo. Imágenes, mapas, relatos han sido la base para que su idea del mundo fuera
tomando forma de acuerdo a sus ideas previas, fueran erróneas o no.
Todo ello hizo que se encontraran en sexto grado con una postura y un bagaje de conocimientos con los cuales comenzamos a ver qué sucede en nuestro territorio con respecto a los recursos que poseemos. Esos conocimientos no solo eran de la estructura y composición de las tierras, sino también de todos aquellos aspectos sociales que influyen en el medio buscando determinados fines. Es así que iniciamos un proceso de reflexión y allí apareció el planteo de un proyecto que se está por llevar adelante en nuestro país: la megaminería a cielo abierto.

Publicado en Revista 129

¿Por qué es importante enseñar Geología en la escuela? Para dar respuesta a esta pregunta debemos precisar qué estudia, a grandes rasgos,
la Geología como ciencia: los procesos geológicos y sus productos (por ejemplo, un mineral como el talco, las montañas o el fondo oceánico).
En este escenario es importante tener presente que casi todo lo que nos rodea proviene de esos productos geológicos. Para ejemplificar lo que precede imaginemos esta situación: si encontráramos un cortometraje sobre la desaparición paulatina de todos los materiales elaborados a partir de esos productos en una ciudad, observaríamos cosas como estas: la caída y posterior desvanecimiento de los edificios, la desintegración de todo medio de transporte artificial, la desaparición de la vestimenta de las personas y tal vez... la desaparición de nosotros
mismos; en realidad, la ciudad entera (o casi su totalidad) desaparecería.

Escolarizar esos contenidos disciplinares (hablamos ahora de la  geología escolar) implica, entre otras cuestiones, Isostasia, su relación con la construcción y destrucción de productos geológicos. Una propuesta de enseñanza promover el conocimiento del origen de los procesos geológicos y sus resultados (productos geológicos). Es decir, enseñar Geología implica, entre otros contenidos, habilitar espacios para: (1) el conocimiento y la comprensión del aspecto geológico de la dimensión física del ambiente, (2) su relación con otros aspectos de esa dimensión, (3) su vinculación con otras dimensiones ambientales (por ejemplo: la social); todo ello para la formación de un ciudadano y una ciudadana críticos y conscientes de su papel como, empleando el recurso metafórico, seres geológicos (influyentes en los procesos geológicos e  influenciados por los mismos). El acercamiento de los niños y niñas en la escuela a contenidos geológicos permite la aprehensión de ciertas herramientas analíticas (conceptuales y metodológicas) para una lectura de la realidad ambiental. Hacemos referencia al aprendizaje de saberes científicos que generan un desarrollo intelectual específico, un pensar científicamente sobre esa realidad (Dibarboure, 2009).

Publicado en Revista 129

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