Como grupo de trabajo nos propusimos pensar la enseñanza del sistema nervioso enmarcado en la función de relación, y para ello nos pareció oportuno ingresar desde la acción de las drogas, tema crucial para los adolescentes por su cotidianidad, porque despierta su interés e incentiva su motivación. Precisamente se trata de un problema social que afecta principalmente a los adolescentes, etapa en la cual están ingresando nuestros alumnos. Consideramos necesario brindarles los conocimientos científicos que les permitan tomar decisiones para actuar de manera responsable.
Es pertinente «hacer consciente al alumnado de que el conocimiento científico nos aporta criterio a la hora de actuar de manera responsable para adoptar actitudes de vida saludables» (Badia, 2011:69).
La secuencia que presentamos se llevó a cabo en dos grupos de sexto grado de escuelas de Canelones Oeste y de Florida; el desarrollo de las actividades abarcó todo el año lectivo.
Se seleccionó el contenido “El ambiente y la salud. Las adicciones”.
Como objetivo se planteó analizar el efecto de las drogas sobre el sistema nervioso con el propósito de:
► profundizar en el funcionamiento del sistema nervioso,
► identificar las células que lo forman,
► analizar la sinapsis neuronal,
► investigar –a partir de los efectos visibles de las diferentes drogas– sus mecanismos internos de acción sobre el sistema nervioso y sus efectos en
la relación con el medio.
En este artículo se presentan los análisis, las reflexiones y decisiones tomadas en dos grupos de sexto grado de una escuela APRENDER, al desarrollar
la problemática del consumo de drogas y sus efectos en el sistema nervioso. Desde las ciencias naturales se muestra un posible abordaje, el que fue
necesario llevar a cabo con estos alumnos. Los problemas relacionados con el uso de sustancias (sean estas legales o ilegales) despiertan gran interés social, afectan las interrelaciones cotidianas en las comunidades e impactan muchas veces en la convivencia escolar.
Es necesario reconocer que nos involucra emocionalmente y nos vemos en la necesidad de asumir la responsabilidad de implicarnos, ya que afectan la
vida institucional e inciden no solo en las posibles reacciones personales de sus actores –ya sean estos alumnos, docentes o padres– sino, fundamentalmente, en la escolaridad de los niños y jóvenes.
Desde hace tiempo, el equipo de investigación viene planteando ciertas posibilidades y algunas dificultades a la hora de enseñar ciencias en la escuela.
Hemos reiterado que algunas temáticas o contenidos escolares suelen no estar considerados o, en su defecto, son abordados de forma superficial.
En el año 2019 se decidió llevar a cabo un estudio que pusiera la mirada sobre temáticas relacionadas al sistema nervioso, analizando posibilidades y dificultades al pretender enseñarlo a escolares.
En el programa escolar vigente aparece de manera explícita únicamente en cuarto grado: «El sistema de regulación y coordinación: el sistema nervioso. -La función de la recreación, descanso, sueño y vigilia en el funcionamiento del sistema nervioso» (ANEP. CEP, 2009:204).
En el marco de ese trabajo colectivo, como maestro de cuarto grado decidí tomar uno de los contenidos que aparecen en el programa, la función
del sueño, y establecer un análisis que profundizara la mirada con relación al sistema nervioso. En este artículo me limitaré a analizar las posibilidades
que brindaron las primeras actividades. Buscaba poner en evidencia la importancia del sentir propio de los niños y niñas al pretender trabajar el
tema. Les pedí pensar y dibujar: ¿Qué sienten cuando les da sueño?
La función de relación vincula al ser vivo con el medio, ya que no es posible vivir en forma aislada. Todo ser vivo necesita relacionarse para poder
desarrollar acciones como obtener su alimento, defenderse de posibles depredadores, reproducirse, elegir las condiciones ambientales más favorables
para su vida.
La enseñanza y el aprendizaje se ven condicionados muchas veces por la imposibilidad de “tomar distancia del objeto” y de “admirarlo”. Es en este
contexto que el equipo de Ciencias Naturales de la revista se propuso:
a) abordar el tema trabajando primeramente con y sobre las ideas que los niños tienen acerca de la función de relación;
b) diseñar intervenciones que potenciaran avances conceptuales mediante la “admiración del objeto”;
c) dar cuenta de dichos avances.
Por otro lado nos motivó la convicción de que, desde los primeros grados escolares, las experiencias de los niños deben incluir el análisis y la investigación de lo que les rodea, para que disfruten al descubrir algo sobre el mundo natural y puedan comenzar la comprensión de generalizaciones más amplias que les van a servir en la vida a futuro. La enseñanza de las ciencias a edades tempranas debería ser beneficiosa tanto para el presente como para el futuro en la formación de ciudadanos “alfabetizados científicamente”.
El trabajo que presentamos tiene para nosotras un significado muy especial, fue el último que compartimos con Selva. En su recuerdo incluimos registros que realizó en el grupo de cinco años de la maestra Lucía Lairihoy.
¿Qué implica pensar la función de relación, en particular el sistema nervioso, en Nivel Inicial? Desde el comienzo se supo que no sería una tarea sencilla, pero partiendo de que los obstáculos y las dificultades embellecen el camino y de ellos surgen las preguntas más curiosas y las respuestas más creativas, nos embarcarnos en la travesía de averiguar la respuesta con niños y niñas de cuatro y cinco años.
Se decidió invitar a los niños, a través del juego y la investigación, a plantearse esa misma pregunta. Por eso leímos diversos materiales, buscamos
investigaciones anteriores, queríamos saber qué decían los niños y niñas ante diferentes preguntas relacionadas con el sistema nervioso.
Con el aporte teórico sustancial de los trabajos de la Dra. Alma A. Gómez Galindo y la orientación del director del equipo de investigación Dr. Agustín
Adúriz-Bravo se acordaron las ideas clave que nuestros niños y niñas debían incorporar, se trazaron algunos objetivos, se seleccionaron contenidos y se diseñaron las primeras actividades.
Ideas clave:
► Todos los seres vivos se relacionan con el medio y obtienen información de él.
► En el cuerpo hay partes especializadas para percibir lo que sucede a nuestro alrededor: los órganos de los sentidos. Cada uno capta aspectos
diferentes.
► Los órganos de los sentidos se comunican con el cerebro por medio de “cablecitos”.
► El cerebro nos dice qué sucede en el ambiente, almacena alguna información y manda órdenes al cuerpo por medio de los “cablecitos” para que
reaccione ante lo que sucede a su alrededor.
► El cerebro controla los movimientos.
Se considera a los seres vivos como un sistema abierto y complejo, pero ¿leemos el programa de Biología desde esta concepción?, ¿planificamos teniéndola en cuenta?, ¿qué idea de ser vivo elaboran nuestros alumnos durante su escolaridad? Si bien Biología es la disciplina que más frecuentamos,
quizás es también la que más nos desafía, es aquella cuya enseñanza más cambios requiere.
El marco en que se inscribe este trabajo es la temática de las Dificultades de Aprendizaje, más específicamente, las Bases biológicas del aprendizaje.
Para ello, uno de los nuevos campos de estudio es la Neuropsicología que vincula la base biológica, el aprendizaje y los componentes emocionales y sociales del individuo en forma interdisciplinar, con el campo de estudio de las Neurociencias.
«Se puede definir la Neurociencia como el ámbito interdisciplinar que estudia diversos aspectos del sistema nervioso: anatomía, funcionamiento, patología, desarrollo, genética, farmacología y química con el objetivo último de comprender en profundidad los procesos cognitivos y el comportamiento del ser humano (Mora y Sanguinetti, 1996).» (apud Portellano, 2005:3)
La Neuropsicología estudia las relaciones entre conducta y cerebro, considerando cómo las lesiones cerebrales afectan las funciones cognitivas
y las acciones comportamentales del individuo (cf. Portellano, 2005). Además de cambios físicos, el sistema nervioso lesionado genera trastornos
cognitivos que afectan a funciones básicas de la persona: pensamiento, memoria, lenguaje o la regulación del comportamiento.
Difiere de otras neurociencias conductuales por su objeto de estudio, ya que se centra «en el conocimiento de las bases neurales de los procesos
mentales complejos» (idem, p. 6). Su muestra de investigación son seres humanos y las funciones complejas de la especie, tales como memoria, pensamiento, lenguaje, funciones ejecutivas, motricidad, percepción.
Así, se apunta a dar respuesta a la interrogante: ¿cómo se comunica el sistema nervioso central? Debemos abordar conceptos relacionados a los componentes del sistema nervioso.
En todos los organismos es posible la presencia de vida por la existencia de actividad nerviosa, o de un sistema nervioso que colabora con su supervivencia. Hay que agregar que las neuronas son las responsables de la excitabilidad y la plasticidad –capacidad de variar la respuesta según el sentido que tenga la supervivencia–. La vida acontece por la existencia del sistema nervioso, por lo que su organización, su función y su estructuración determinan la conservación de un ser vivo.
El presente artículo pretende compartir algunas de las tantas actividades que, como parte de una secuencia de enseñanza, les plantearon a los alumnos
el desafío de leer y escribir en Ciencias Sociales.
Al comenzar el año se resolvió realizar una unidad de trabajo sobre el tema recurrente del verano: la problemática social y ecológica generada por la presencia de cianobacterias en nuestras playas. Sin embargo, la lectura de un texto inédito del Lic. Sebastián Huelmo presentó una posibilidad más interesante: abordar la temática actual, contrastándola con sus raíces en un pasado muy remoto. Para ello era imprescindible integrar contenidos. El enfoque interdisciplinar habilitaría mirar la complejidad del fenómeno desde una perspectiva temporal; los organismos que hoy son “un problema”,
“ayer” posibilitaron la formación de la atmósfera.
Se acordó que la idea de energía a manejar en sexto grado como una primera aproximación sería: Todas las formas de energía tienen la capacidad
de producir efectos, cambios o transformaciones; se trata de una propiedad del sistema y no de un cuerpo aislado.
De esta manera se avanzaría desde la idea –manejada en los primeros grados– de que la energía “hace cambios”, hacia la idea de que además tiene
la capacidad de producirlos, centrando el análisis en el sistema implicado. Así se minimizarían los riesgos de obstaculizar una comprensión más adecuada en años posteriores. Al diseñar la enseñanza se resolvió tener en cuenta que:
► La energía es una idea científica creada para explicar el mundo, no un objeto real.
► Es una propiedad general de los sistemas que sirve para caracterizarlos, porque nos proporciona una idea de la capacidad que tienen esos
sistemas para “hacer” algo.
► Puede transferirse de un sistema a otro y transformarse de una forma a otra.
► En ese proceso se degrada.
► Puede medirse, es una propiedad cuantitativa de los sistemas.
Desde el punto de vista didáctico se priorizaría el trabajo con ejemplos paradigmáticos para favorecer el proceso de modelización, de la elaboración de ideas con las que los alumnos intentasen explicar la realidad.
Al analizar las implicancias didácticas de la clasificación de la energía mecánica que el programa requiere, se consideró importante:
- resaltar que la energía puede encontrarse almacenada –energía potencial– para favorecer su conceptualización como capacidad de producir
cambios;
- incluir situaciones en las que se apreciase la posibilidad de cambios aunque estos no se estuviesen produciendo, como indicador de que los
cuerpos/sistemas implicados tienen energía. (cf. García-Carmona y Criado, 2013).
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