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Sábado, 02 Enero 2021 15:47

Reflexionando sobre nuestras prácticas

El presente trabajo es un intento por compartir una reflexión sobre una práctica docente, una más de las que los maestros llevamos diariamente al aula.
Todos los educadores planificamos nuestras actividades diarias y en ellas se expresa nuestro saber, nuestra ideología, nuestra cultura y nuestras concepciones respecto al área en cuestión, a la enseñanza y a los niños.
Repensar sus prácticas es para los docentes uruguayos una parte importante del trabajo. Actualmente no podemos imaginar que las formas de enseñanza que marcaron nuestra época son las que deben habitar los salones y ser pensadas para los niños del siglo XXI.
Muchas veces escuchamos plantear la falta de interés que presentan los estudiantes sobre determinados temas, o la falta de conocimientos que adquieren nuestros estudiantes pese al trabajo previo realizado por el docente. Es común escuchar a los maestros decir “yo lo enseñé, por qué no lo sabe”, “no prestan atención y no aprenden”...
Sin embargo, estos problemas no son exclusivos de nuestro país, y muchos trabajos, investigaciones y publicaciones convocan estas dificultades como tema a problematizar. Varios de estos trabajos plantean que no es el tema el que presenta el problema, sino que hacen énfasis en cómo se acercan estos saberes a los niños, y exponen y fundamentan diferentes estrategias para enfrentar el desafío diario. Claro que estas cuestiones deben ser reinterpretadas por cada uno de los docentes que analizan sus prácticas, que reflexionan sobre su actividad y la reconstruyen, atendiendo a las particularidades de nuestra realidad y del contexto en el que el docente desarrolla su trabajo diariamente. Pero para asegurar el cambio, este debe producirse en el docente desde la reflexión, la transformación y la reconstrucción que cada uno realiza sobre sí mismo, su práctica, el área, el saber, etcétera.

Este trabajo corresponde al curso de Formación en Servicio de Ciencias Sociales del año 2016. Se lleva a cabo la reflexión acerca de una actividad, en este caso de Geografía en cuarto grado, donde se analizarán las habilidades cognitivas esperadas por lo estudiantes al momento de planificar, el plan en sí, las preguntas y metodologías utilizadas en el área.
Es decir, se pretende reflexionar sobre nuestras prácticas diarias en Ciencias Sociales, nuestras concepciones acerca de la enseñanza y el aprendizaje, el sentido que les damos al conocimiento y a las perspectivas de los docentes, lo que influenciará y condicionará nuestras clases y la forma en que los niños adquieren o no este conocimiento.
Así se comprende que debemos plantearnos la interrogante de por qué y para qué enseñar Ciencias Sociales.
Pregunta inicial, según Isabelino Siede, que todo docente debe formular al momento de pensar en su planificación

Publicado en Revista 143

[Mercè Izquierdo] «...cambió su concepción sobre la enseñanza de la Química en algo que es más metodológico. Ella comenzó con una Química más
disciplinar, tradicional, y luego se movió, tomando mi idea de campos estructurantes, a una Química modelada sobre hechos paradigmáticos, hechos
del mundo reconstruidos. Si a esto agregamos su idea de que el átomo debe entrar muy tarde, y que debe ser el átomo químico y no el físico, la enseñanza no es tan fácil. En Chile, uno de sus alumnos de doctorado, Cristian Merino, está investigando su implementación en Inicial, y Mercè lo hace con maestros que conforman el Grupo de Trabajo Kimeia en Barcelona.»
Agustín Adúriz-Bravo (transcripción de audio, junio de 2015)

Comenzábamos así una jornada de trabajo en el Grupo. En ese entonces estábamos instrumentando y analizando posibles intervenciones sobre la enseñanza del modelo corpuscular de la materia. Debatíamos con la Magíster María Dibarboure sobre cuándo llevar el modelo al aula, de qué forma, qué permite su enseñanza, cuáles son sus potencialidades y cuáles son los obstáculos o las limitaciones, si es que los tiene. El enfoque de la Dr.ª Izquierdo pasó a un segundo plano. 
Sin embargo, a fines de ese mismo año coincidimos con ella y con Merino en un congreso en Buenos Aires, compartimos conferencias y talleres. Renació mi interés por profundizar en sus ideas sobre la enseñanza de la Química en Inicial y Primaria.

En este artículo sintetizo lo que considero son sus aportes fundamentales, para luego analizar desde allí nuestros contenidos programáticos y, por último, esbozar algunas reflexiones para el trabajo en primer y en segundo grado.
Como siempre, la lectura directa de las fuentes resulta imprescindible no solo por el análisis y la reflexión personal, sino para acceder a los fundamentos históricos, epistemológicos, la concepción de aprendizaje y competencia, que sustentan su planteo. En las referencias bibliográficas se listan varias, la mayoría accesibles en Internet.

Publicado en Revista 143

Celebramos el debate porque es necesario. Nadie puede estar conforme con los resultados que estamos teniendo en los aprendizajes de la
lengua; claramente, nos interpelan. Las prácticas de enseñanza, las orientaciones técnicas en la materia, las políticas de formación docente
inicial y en servicio, los materiales escolares, son –en nuestra lectura– todas dimensiones del problema que necesitan ser evaluadas, revisadas,
criticadas y, seguramente, transformadas integralmente si queremos cambiar esta realidad.
En el colectivo cada vez recibimos más estudiantes y maestras noveles en busca de una formación para la alfabetización inicial que sienten como muy insuficiente en sus trayectorias previas. 
También se suman más compañeras “experientes” que exploran y reinventan la metodología en sus aulas. Aparecen escuelas que asumen el ensayo en el ámbito institucional. Crece el movimiento con el transcurrir del tiempo...
Algo habrá entonces que merece ser compartido en una conversación honesta y abierta. Desde ese lugar, a continuación esbozaremos algunos ejes de nuestra propuesta metodológica, que pensamos pueden aportar a este debate.

Publicado en Revista 140

En el año 2015, el Equipo de Investigación en Enseñanza de las Ciencias Naturales, bajo la tutoría de la Doctoranda María Dibarboure, se propuso reflexionar sobre la Química y su enseñanza para luego seleccionar un aspecto relevante a investigar.
El proceso comienza con la lectura de artículos de distintos autores a los efectos de definir el marco de la Química como disciplina. ¿Qué se pregunta? ¿Qué estudia? ¿Cuál es la metodología que utiliza para producir su conocimiento? ¿Cuál es su territorio epistemológico? ¿Qué ha pasado con el tiempo, mantiene sus interrogantes? ¿Promueve otras? 

La Química se ocupa de la materia en su generalidad –materiales, sustancias, elementos y compuestos, tanto naturales como sintéticos– sus  interacciones y transformaciones. Hace una mirada macro a las propiedades, identifica y estudia comportamiento. También propone “modelos de” para una mirada micro que permita, en principio, explicar las propiedades macroscópicas. Se trata de una disciplina que se define experimental. Busca evidencias que posibilitan la construcción de ideas, modelos, teorías.

El grupo selecciona el modelo corpuscular como contenido de enseñanza y se pregunta: ¿qué modelo corpuscular de la materia enseñar?, ¿qué criterios usar para los diferentes niveles?, ¿el mismo en toda la escolaridad?, ¿por qué razones?

El planteo que el equipo viene trabajando desde hace años con la convicción sobre la importancia de desarrollar, desde el comienzo de la escolaridad, una actitud de modelización por razones epistemológicas, pero también por los desarrollos cognitivos que los modelos pueden promover.

Publicado en Revista 140

Enseñar Ciencias desde un paradigma crítico, donde se busque potenciar el conflicto cognitivo, la aproximación al conocimiento y la conceptualización a través de una concepción problematizadora, implica toda una batalla mental en el cotidiano hacer docente.
El modelo de indagación y la pregunta investigable aparecen como ítems esenciales a la hora de crear conflictividad cognitiva en los alumnos. También es sabido que no cualquier pregunta es investigable, debe encerrar un conflicto significativo para los alumnos; y en su intento por responderla deberá promover que busquen, indaguen, observen, experimenten, comparen, clasifiquen, reconstruyan conocimientos a partir de la reflexión colectiva, reconozcan limitaciones en su acervo de conocimientos para resolver el conflicto y busquen expertos que les ayuden a resolver el problema, adoptar una
metodología científica, acciones sistemáticas y rigurosas (cuando lo que predomina es el pensamiento cotidiano, no metódico, no sistemático).

Publicado en Revista 139

Al incluir el conocimiento artístico en su diseño curricular y diagramar una serie de contenidos para cada disciplina, la renovación programática (ANEP. CEP, 2009) abrió las puertas para nuevas miradas. No obstante, es en su fundamentación donde encontramos pie para nuevos paradigmas de la mano de las investigaciones de Elliot W. Eisner en el ámbito de las artes visuales, y su reconocimiento a los valores intrínsecos de la educación artística. Este autor propone una estructura pluridisciplinar (D.B.A.E. – Discipline-Based Art Education) basada en la Historia del arte, la crítica artística y la práctica del arte. Presenta tres dimensiones de la educación artística:
► La dimensión productiva que abarca la habilidad técnica en el trabajo, tiene su énfasis en los aspectos creativos, estéticos y expresivos.
► La dimensión crítica que reflexiona sobre a las formas de analizar, observar y/o interpretar una obra.
► La dimensión cultural que refiere al conocimiento del tiempo y de las circunstancias sociales, políticas y estéticas de la obra.

Existe un abanico de géneros, métodos, procedimientos e investigaciones a las que el maestro podría acercarse en busca de un saber disciplinar: para poder enseñar a apreciar las distintas propuestas desde el rol de espectador, para poder elegir, debatir y seleccionar aquellos enfoques metodológicos que se ajusten a su sensibilidad, para seleccionar aquellas técnicas pertinentes al trabajo con niños y elaborar su experiencia

educativa. Esta elección y esta selección dependerán mucho del gusto del maestro, de las características específicas del grupo de niños con el que se enfrenta, de su concepción filosófica acerca de enseñar las artes. Pero no puede jamás ser una elección signada por el desconocimiento de otras maneras de expresión, distintas a las dominantes, presentes en el circuito comercial.

Publicado en Revista 139

A la hora de enseñar a escribir, la consigna ocupa también un lugar relevante. De acuerdo con Camelo González (2010), tenemos que pensar las
consignas «como enunciados orientadores de los procesos de escritura en el aula».
«Para abordar el análisis de las consignas orientadas a la producción del texto escrito (...) es pertinente establecer la relación existente entre el enunciado formulado y la manera como éste se estructura, con el fin de analizar el tipo de orientación que se proporciona al estudiante para la realización de la tarea y establecer cuáles son los procesos cognitivos, metacognitivos y comunicativos implicados en la instrucción.» (ibid., p. 59)
El estudio de las consignas permite realizar una doble mirada: por un lado, las concepciones del docente acerca de lo que implica escribir; y por
otro lado, la interpretación que realiza el alumno de la consigna. Nos adherimos a la concepción de escritura como proceso, y enseñamos que el niño
revise lo que escribe y si su escrito se adecua al destinatario, pero no hacemos lo mismo al momento de redactar la consigna.

Desde este enfoque pretendemos convocar a pensar sobre un tema que hace a la responsabilidad que los docentes tenemos en la enseñanza de
la escritura. La delimitación de la reflexión implica tener en cuenta que la información que ha de proporcionar la consigna de escritura tiene directa relación con las decisiones que tomará el que escribe.
«...la comprensión de consignas es una “capacidad metodológica” a ser aprendida por el alumno » (Zakhartchouk, 1999 apud Riestra, 2008:56).
A su vez tiene que ser comprendida por el docente como orientador de los procesos en el aula. Por lo tanto, se considera a la comprensión de consignas como «“la operación intelectual en la que se descompone una tarea”» (idem). Por otra parte, atribuye a las consignas como textos de instrucción, las finalidades de verificación sobre la comprensión, retención y asimilación por parte del alumno, a la vez que de evaluación de conocimientos y de saber hacer.
El planteamiento de la consigna debe contener una serie de aspectos que permitan guiar la producción escrita del estudiante y que a la vez puedan dar cuenta de su aprendizaje.

Publicado en Revista 139

La monografía es un escrito sobre un tema específico. Desde el punto de vista etimológico, la palabra viene de las raíces griegas “mono” que significa único, y “graphos” que significa escrito.
La monografía tiene como objetivo hacer avanzar el conocimiento y es descrita como: «...un informe sobre un asunto limitado que se ha investigado académicamente según el método científico o técnico; es la expresión del resultado de esa investigación. Se usa en la escuela media y sobre todo en
la Universidad.» (Loprete, 1984:1- Ver referencia completa en artículo)

Publicado en Revista 138

Este proyecto fue realizado en el marco del Curso ll de “Apoyo a la implementación de proyectos en escuelas de Tiempo Completo”. Área de Ciencias Sociales. PAEPU-ANEP/CEIP/BIRF.

Trabajar a partir de proyectos comprende una secuencia diferente. Constituye un proceso de aprendizaje que se efectúa a través de un recorrido
en el que los alumnos son verdaderos protagonistas, porque implica generar en ellos la necesidad de involucrarse con la temática e investigar.
La implementación de proyectos en Ciencias Sociales brinda la posibilidad de poner en práctica la metodología de investigación y el abordaje de conceptos, dos dimensiones clave para dar sentido al objeto de estudio.

En este caso, el proyecto planificado fue: “Las familias”. Trabajar las familias es uno de los temas que generalmente se aborda en Ciencias Sociales en los primeros años de escolaridad.

Desde lo conceptual, este tipo de propuestas ofrece la oportunidad de que los alumnos accedan a conceptos específicos del área, y los puedan usar para relacionar, comprender y dar sentido a la realidad social.

Publicado en Revista 138

Las autoras de este artículo son maestras que desde hace muchos años vienen investigando, probando, cuestionándose, reflexionando sobre la Expresión Corporal en la escuela, y la posibilidad de pensar y llevar al aula un aprendizaje desde el cuerpo. Es su intención compartir algunas de sus reflexiones desde la convicción de que el camino se va abriendo a medida que se recorre, y de que es un camino a transitar en colectivo.

En el artículo, organizado en tres partes o secciones, pretendieron abordar la Expresión Corporal en la escuela.
En la primera parte se realiza un recorrido conceptual. En la segunda sección se piensa en lo didáctico, desarrollando la metodología de la Expresión Corporal en la escuela y buscando aportar una mirada al programa escolar vigente, que promueva posibles recorridos y abordajes de la disciplina en el aula.
Y en la tercera parte, comparten algunas propuestas sobre el eje ESPACIO en los distintos niveles escolares.

Publicado en Revista 138