Madonado 1170 - Montevideo, Uruguay
Tel.: (598) 2901 3987   Fax: (598) 2900 0582

Martes, 03 Enero 2023 15:26

El cuerpo como obra

Hablar de performance es hablar de un término controvertido, no hay para esta disciplina una definición única, ni siquiera sería posible hablar de
disciplina. Si bien forma parte de un lenguaje dentro del mundo del arte, este lenguaje puede partir de las distintas artes: el teatro, la danza, la música, las artes visuales, la literatura. Desde sus inicios, la performance nace como un lenguaje de las márgenes, como ruptura, como búsqueda de un espacio nuevo en el imaginario que posibilita establecer nuevos paradigmas en el mundo del arte.
Según Schechner (1995), la performance y sus estudios siempre han existido en los rituales, en las tradiciones. Esta concepción de la performance se
extiende más allá de la lectura que se pueda hacer de ella como lenguaje artístico, tiene sus bases en el movimiento y en el cuerpo humano.
La propuesta se ha caracterizado por esquivar toda definición que pudiera encerrarla, anquilosarla en márgenes más o menos difusos. Se dice que hay tantos conceptos de perfomance como practicantes y aun podríamos multiplicarlos por el número de espectadores, pues la misma acción se realiza configurándose semánticamente de manera diversa en cada uno de ellos.

El abordaje de la performance implica un trabajo generalmente interdisciplinario que, además, involucra el espacio, el tiempo, el cuerpo y el vínculo performer- público. Quizá resulte un concepto muy abstracto que si bien nace en la modernidad como realidad artística (como hemos visto antes, para algunos autores la performance nace con el hombre), es un lenguaje que aborda lo contemporáneo desde su totalidad. En lo que refiere a su nacimiento en el mundo de las artes, algunos teóricos occidentales sitúan sus inicios a comienzos del siglo XX con los constructivistas rusos, el futurismo, el dadaísmo.

Publicado en Revista 159

¿Por qué la vinculación Estado-educación? ¿Es una vinculación necesaria con relación al sujeto?
Al concebir el sujeto como ser social, y por lo tanto condicionado por el medio en su construcción, las opciones del sujeto no están separadas de las circunstancias históricas, de su espacio y de su tiempo.
Además, la construcción del ser social se estructura en las organizaciones e instituciones sociales, principalmente en la escuela pública, por lo que se condicionan también estas opciones a las limitaciones que en las sociedades modernas establece el Estado en sus políticas públicas.
De esta manera, no hay nada en las sociedades que responda a un ordenamiento natural, y sí político. La responsabilidad de estos sentidos y significaciones está fuertemente vinculada al concepto de Estado, y el Estado vinculado a la educación se conforma como Estado docente (cf. Nahum, 1972). La orientación de la educación, planteaba L. B. Prieto Figueroa ya en una tesis en 1943, obedece a la sociedad donde actúa y es el Estado el que la determina.

Desde el siglo XIX hasta hoy se ha desarrollado fuertemente esta vinculación, llegando el Estado a dirigir, controlar y certificar la educación y las prácticas educativas organizadas, a través de las políticas públicas y de los Sistemas Educativos Nacionales.
En las sociedades modernas, la vinculación Estado-educación es una vinculación necesaria, y al analizarla se debe tomar en cuenta su naturaleza dinámica y compleja. Sin embargo hay principios fundantes que, si bien han cambiado en su significado, se han mantenido en el tiempo; la igualdad es uno de estos principios, herencia de los ideales de la Revolución Francesa, y base de la modernidad.

Publicado en Revista 154

Referir a la nueva industria del consumo implica, necesariamente, hacer alusión al proceso de globalización. Diferentes autores han teorizado respecto de este fenómeno, fenómeno complejo y también contradictorio, que encierra distintas dimensiones: política, económica, social, cultural, tecnológica.
El mundo ha cambiado. La incertidumbre y el riesgo se han transformado en elementos del día a día; vivimos en una sociedad en la cual, cada vez más, lo permanente es el cambio (cf. Bauman, 2007a, 2007b).
La globalización ha promovido la industria del consumo. Somos lo que consumimos. Consumimos lo que no necesitamos. Y buscamos la forma de obtener las mercancías que nos otorgan satisfacción. Individualización, individuo desincrustado (cf. Bauman, 2007a). Los hombres son libres para experimentar, pero esa libertad lo es también para enfrentar las consecuencias que se derivan de sus decisiones.
Nos hemos vuelto hedonistas. El culto al placer se promueve en los “medios”. El hedonismo aparece como una nueva religión. Exaltación del individuo. ¿Es el fin de los sustentos colectivos?

 

Publicado en Revista 145

En términos generales, la educación es entendida como una práctica social que, asumiendo el encargo de la modernidad, implica el proceso donde el individuo se convierte en una persona social con capacidad ciudadana y de autonomía ética (cf. Casullo, 2002).
Pero más allá de este encargo de la modernidad, cuyo cometido central es pedagógico, resulta significativo establecer las variables psicológicas que forman parte de dicho proceso y que posibilitan el ejercicio de interactuar del individuo, la capacidad de ser y conocer, que tiene que ver con el proceso de subjetivación. «El sujeto es un ser siendo, devenir siempre abierto a procesos de subjetivación» (Anzaldúa, 2012:199). Este planteo conlleva la idea de un proceso permanente de construcción social cultural de adaptación a las exigencias de la sociedad.

Las diferentes instituciones educativas experimentan importantes cambios en la actualidad, ya que son parte de una sociedad donde la tecnología cumple un papel fundamental en la formación integral del individuo, produciendo nuevas subjetividades, formas de socialización y adquisición de conocimientos.

Las instituciones escolares han sido influenciadas por estas tecnologías. Las escuelas y jardines, instituciones formales que tienen como objetivo principal educar a los niños desde edades tempranas, enfrentan un gran desafío y tienen una responsabilidad al pensar y planificar sus prácticas educativas.
Actualmente, la Educación Inicial tiene un rol fundamental en el proceso de formación que transita el niño, ya que es una etapa de gran capacidad para el aprendizaje, la adquisición de conocimiento y de habilidades necesarias para continuar su educación.
El rol que tiene el docente es fundamental a la hora de pensar sus prácticas en el aula con un recurso tecnológico como las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

Hoy en día nos planteamos una nueva manera de alfabetizar, ya que es preciso que el niño se forme para enfrentar esta innovación en el modo de vivir el conocimiento y el aprendizaje. Frente a la existencia de la idea de una nueva forma de alfabetizar surgen posiciones de diferentes autores entre los que se destaca Roclaw (2008), quien plantea que en la actualidad es preciso referirse a la alfabetización digital, mientras que Ronaldi (2012) refiere a la existencia de una alfabetización múltiple.

Por ello es necesario pensar las prácticas educativas a partir de ese nuevo niño que ingresa a las aulas y que experimenta un particular interés frente a la computadora, mostrándose atraído e interesado por este recurso. Esto determina la necesidad de investigar y profundizar en el vínculo niño-docente-TIC.

Publicado en Revista 144

Los sistemas educativos han sido y son parte de la creación e instalación sistemática a nivel mundial de aparatos ideológicos que los Estados
necesitan para consolidar nuevos modos de vida. Los Estados nacionales que basaron su economía en el liberalismo burgués, conformaron sistemas educativos encargados de transmitir los modos de pensar y de comportarse que debían adquirir los sujetos en una sociedad. De este modo se podría asegurar estabilidad social, evitar fracturas y conflictos que pongan en riesgo el dominio del mercado en manos capitalistas. Durante mucho tiempo se mantuvo la imagen de una sociedad que contaba con una educación para todos, creadora de oportunidades y justicia.
Los sistemas educativos fueron pensados desde la lógica positivista del período denominado Iluminismo. Algunos de sus postulados eran la confianza en la Razón y su desarrollo para que el Sujeto pueda emanciparse, y obrar libremente y bien. Muchos acontecimientos a lo largo de la historia han demostrado los límites de esta idea. Por otro lado, los cuestionamientos actuales sobre los fundamentos en los que se
sostiene el sistema educativo moderno vigente y la reproducción de las desigualdades culturales, sociales y económicas, nos colocan ante la
El sistema educativo moderno La pretensión totalizadora del sujeto y la confianza en la razón como principio moral necesidad de reflexionar críticamente acerca de cuál es la educación que tenemos para esta sociedad capitalista en la que vivimos.
En este artículo se presentan algunas líneas para reflexionar sobre algunos principios de la modernidad occidental que sirven de base al sistema educativo, la sociedad y la educación que se tejen e inciden en la constitución de los sujetos. De esta manera se busca poner
en discusión la herencia recibida, su ilusión integradora y forjadora de futuros posibles que hoy se ven reflejados en la idea de que el pasado educativo fue mejor.

Publicado en Revista 129

Construyendo subjetividad: entre lo cotidiano y la institución educativa

Autor: Nirian Carbajal

Concepto: En la tarea de educar podemos cometer dos olvidos: el primero es que cada niño, cada joven que ocupa el aula surgió de un contexto; el segundo es que el proyecto de la modernidad y también el impacto del modelo neoliberal congelan racionalidades distintas y encubren las diversas condiciones de producción socio-históricas desde las que situamos la mirada como docentes.

Revista Nº 90
Agosto de 2008