En el artículo, haremos especial mención al espacio de talleres, que forman parte de ese módulo tres del que habla el Acta 90 y que, por razones de flexibilidad e identidad escolar, muchas veces no se encuentra en el espacio vespertino y sí lo encontramos en el matutino.
Lo que está claro es que, desde un enfoque pedagógico-didáctico, los talleres no pueden desdibujarse, o no pueden dejar de ser.
Consideramos que, sin lugar a dudas, es un espacio diferente, un módulo diferente: supone la concreción de un currículo ampliado, que no signifique más de lo mismo en cuanto al trabajo con los módulos uno y dos. Es sin duda una nueva forma de organización del espacio escolar, que es diferente de lo que la escuela común ofrece y no puede constituirse en ser un formato en el que «en doble horario se reproduce el esquema tradicionalmente aplicado en el régimen de cuatro horas» (Bardier Leiza, 2011:11). Un taller supone una estrategia de enseñanza diferente y podemos encontrar variedad de talleres.