Fundamentar el valor y la importancia del espacio de la Educación Artística dentro del ámbito de la educación formal implica defender un paradigma que, si bien parece legitimado desde las Políticas Educativas de los últimos ocho años con su inclusión en el único programa
escolar vigente, encuentra aún una férrea resistencia.
Esta se da justamente en el territorio donde se cruzan los intereses, las intenciones y la tradición, donde se desatan los procesos y se
visualizan los resultados educativos: la escuela.
Es en este contexto que debemos comprender y valorar la importancia fundamental de la implementación de dispositivos como las Escuelas de
Educación Artística (EDEA).
El Área del Conocimiento Artístico –con sus lenguajes específicos y a diferencia de otras áreas del conocimiento– permite el desarrollo de una
infinidad de capacidades intra e interpersonales: la sensibilidad estética, el desarrollo del gusto, el autoconocimiento del cuerpo como herramienta creativa, la motricidad fina, el sentido del equilibrio, el manejo del espacio personal y social, la capacidad de pensar con sonidos, con colores y formas, el desarrollo de la audición interna y la memoria auditiva, el sentido rítmico, el desarrollo de la imaginación, la capacidad de poetizar la propia experiencia vital y la de los otros, la capacidad de contarla con el cuerpo y la voz, la capacidad de jugar distintos roles, de imaginar universos completos, de representar la realidad de múltiples formas, de emocionarse y comprender.
Es cada vez más importante y necesario concebir al educando como un ser integral y complejo, al cual tenemos
la obligación de brindar las posibilidades de desarrollo personal y colectivo más diversas y enriquecedoras, una educación liberadora de
todas sus potencialidades.
A partir de la resignificación del lugar del cuerpo en los aprendizajes escolares, este artículo realiza algunos aportes para la reflexión acerca de la dualidad existente entre nuestros discursos teóricos y nuestras prácticas cotidianas.
Plantea la importancia del cuerpo como mediador natural en nuestra comunicación y su presencia en los diferentes lenguajes artísticos.
Los docentes aspiramos a una formación integral de niños y niñas. Sin embargo en el aula, y aun fuera de ella, muchas veces olvidamos
que niños y maestros, además de mente, poseemos cuerpo. Nuestras propuestas, actividades y tareas jerarquizan y se dirigen mayoritariamente
hacia lo cognitivo, favoreciendo el desarrollo intelectual.
Esta disociación mente-cuerpo es una realidad fuertemente internalizada en la escuela y también en la sociedad en su conjunto. Es posible encontrarla formando parte de ideas, creencias y valores culturales, de los cuales las prácticas escolares constituyen su reflejo.
Por ello resulta necesario reflexionar acerca de la integración del cuerpo y de la mente como elementos que forman parte de un todo, en una compleja y dinámica unidad. Atendiendo esta problemática, el trabajo a partir del arte y sus diferentes disciplinas contribuye a la educación integral de niños y niñas, rompiendo con viejas narrativas.
Continuando la reflexión sobre la relación Arte y Cuerpo, y el lugar que le otorgamos desde nuestras prácticas educativas en las aulas,
nos focalizaremos en las potencialidades que nos ofrece el cuerpo como instrumento de comunicación, expresión y percepción.
«El cuerpo moldeado por el contexto social y cultural (…), es ese vector semántico por medio del cual se construye la evidencia de
la relación con el mundo: actividades perceptivas, pero también la expresión de los sentimientos, las convenciones de los ritos de interacción (…), la puesta en escena de la apariencia, los juegos sutiles de la seducción, las técnicas corporales, (…) la relación con el sufrimiento y el dolor...» (Le Breton, 2008:7)
El abordaje del cuerpo como eje vertebrador de las propuestas de enseñanza no debería limitarse al área artística. La resignificación y utilización del mismo como espacio de síntesis y protagonista de los aprendizajes, constituye un eje transversal a todas las áreas del
conocimiento. Se trata de despertar en el cuerpo del maestro y del alumno, la sensibilidad para «acoger los conceptos, hacerlos propios, transformarlos » (Kesselman, 2005:19).
Desde esta perspectiva, el abordaje del Área del Conocimiento Artístico interpela también corporalmente al maestro, ya que lo invita a poner
el cuerpo, lo ubica como un ser afectado.
Alumnos y docentes se involucran en su totalidad en la tarea. El cuerpo cobra así protagonismo como el escenario donde confluyen todos
los lenguajes y las posibilidades de expresión.
En el área artística, este encuentro desde la “corporeización” de los aprendizajes puede hacerse transversal a todas las disciplinas, brindando
la posibilidad de la integración interdisciplinar hacia adentro del área misma, en lo que Eisner considera su dimensión intrínseca (apud ANEP. CEP, 2009:71).
Esta vinculación se da en forma armoniosa, en el entendido de que es en el cuerpo y a través de él donde se completan y materializan las
posibilidades de expresión, creación y comunicación, sin perderse la especificidad de cada disciplina.
Este artículo es diferente, porque en él compartiremos algunos aspectos de nuestro funcionamiento interno. Todo comenzó cuando fue
necesario seleccionar cuatro contenidos programáticos que conformasen una posible secuencia institucional en la enseñanza de la Mecánica. La
fuerza de gravedad nos parecía clave, pero el alumnado con el que habíamos trabajado fuerzas a distancia, como campo conocido sobre el cual
construir una analogía para comprender fuerza gravitatoria, recién comenzaba tercer grado. Decidimos buscar otro recorrido y es el que les presentamos en sus líneas fundamentales.
Este concepto que parece ser uno de los más sencillos a trabajar desde la Física escolar, y de hecho es uno de los que más aparece en
propuestas específicas de enseñanza, encierra cuestiones que marcan una enorme complejidad, muy lejos del sentido común que lo limita
y simplifica a “la fuerza que atrae a los cuerpos hacia la superficie de la Tierra”. Por ello, si pretendíamos enseñarlo con todas las implicancias
que encierra, debíamos tener bien claro qué es y cuáles son las ideas clave para su comprensión.
Un camino era conocer la historia del concepto.
«El concepto de gravedad ha evolucionado desde lo más concreto relacionado con la experiencia sensorial inmediata (la caída de los graves), hasta una concepción muy abstracta (deformación del espacio-tiempo) que no tiene ningún tipo de relación directa con la experiencia humana sensorial concreta» (Camino, 2006:78).
En el presente artículo sintetizamos parte de un trabajo de investigación que iniciamos con el estudio histórico epistemológico del programa
de Física. Al analizar los contenidos referidos a la Dinámica encontramos que el concepto estructurante de la misma, la fuerza, se presenta
ya en primer grado, con sus dos modalidades de aplicación y a través de uno de sus efectos:
▶ Los cambios en el movimiento.
• Las fuerzas de contacto.
• Las fuerzas a distancia.
A partir del estudio disciplinar del concepto fuerza y en conocimiento de las dificultades de los niños para pensar las fuerzas como una interacción no solo entre seres vivos, sino también entre objetos, definimos el alcance del concepto a enseñar y algunos lineamientos didácticos.
Consideramos conveniente realizar una primera aproximación a la idea de fuerza, reconociendo los efectos que ocasiona en los cuerpos al
ser aplicada: las fuerzas sostienen y deforman, para posteriormente entrar a la Dinámica con las fuerzas como causantes de los cambios en
el movimiento (cf. Adúriz-Bravo et al., 2014).
En el número anterior reseñamos las diferentes formas de encarar la actividad con este material y redondeamos el aporte sobre bloques lógicos con una sugerencia de trabajo para cuadro de doble entrada.
Insistimos en marcar que este aporte es la descripción de una forma práctica de trabajar activamente con estos cuerpos y que cada maestro, con su experiencia lo enriquecerá.
Para los niños que nacen y crecen en las ciudades de nuestro tiempo, la lengua escrita es un objeto presente dentro del mundo que los rodea.
Crecen entre adultos que atesoran distintos objetos que portan marcan escritas y que son importantes, notificaciones, recibos, facturas, certificados, escrituras, que acreditan posesión e identidad, que representan bienes o deudas, deberes y obligaciones. Viven entre escrituras hechas en papel, en las paredes, en la ropa o tatuadas en el cuerpo, escrituras que se hacen y deshacen a toda velocidad en las pantallas de computadoras, celulares y tablets.
Además de crecer entre marcas escritas, los niños asisten a actos de escritura o presencian actos de lectura en los que, ante esas marcas escritas, los adultos producen un lenguaje muy distinto al del habla cara a cara, un lenguaje en el que el adulto muchas veces presta su voz para que sea otro el que hable y se dirija a alguien que no está realmente ahí.
En estas páginas los invitamos a recorrer escrituras infantiles, prácticas de lectura y escritura llevadas a cabo con niños que están apropiándose
de su lengua escrita y de esas formas propias del “lenguaje que se escribe”.
Es fundamental crear las condiciones didácticas que favorezcan la legalización de las escrituras y de las prácticas de los niños como escritores en el aula. Las producciones de los niños no son caprichosas; por el contrario, hay reglas que las orientan y principios que las justifican, por eso es primordial que el maestro conozca estas ideas para poder trabajar con ellas.
Jugar con sus sombras es una actividad frecuente para los niños, les resulta divertido correr tras de ellas, pisar la sombra de sus compañeros, ver como sus cuerpos se agrandan o se achican en la pared iluminados por una linterna... Es un juego muy entretenido y que a menudo planificamos así, como una actividad lúdica.
¡La luz es un fenómeno tan cotidiano!, nos acompaña siempre, al igual que la sombra que nos sigue a todos lados... ¿por qué entonces nos cuesta tanto trabajarlo en la clase como un fenómeno físico?
En Nivel Inicial cuatro años, la luz y la formación de sombras es uno de los contenidos del Área del Conocimiento de la Naturaleza que podemos abordar desde la Física y desde la Astronomía, pero también desde otras áreas como la del Conocimiento Artístico.
¿Cómo pensar esta situación de enseñanza para que esté focalizada en las ciencias? ¿Qué quiero que los niños aprendan referido a la luz, los objetos y las sombras? ¿Qué dice la Física de la luz? ¿Qué piensan los niños de nivel inicial sobre las luces y las sombras? Respondiendo a estos interrogantes, se desarrolló esta intervención en inicial cuatro años.
En el entendido de que toda disciplina supone un cuerpo de conocimientos, una metodología para esa construcción y una forma de decir ese saber construido, el presente trabajo da cuenta de experiencias de aula donde se considera la sintaxis como contenido de enseñanza de ciencias naturales.
En todas ellas se planifica la lectura compartida en lo que llamamos la doble agenda, entendida como la explicitación de objetivos en dos dimensiones: la que busca la comprensión del contenido del texto y, en relación con lo anterior, la que refiere al aprendizaje de estrategias para la construcción de ese contenido.
El presente material es una adaptación y ampliación de un trabajo presentado en el Cuarto Encuentro de Innovadores Críticos, organizado por la Asociación de Docentes de Ciencias Biológicas de la Argentina, 21-23 de noviembre de 2013.
La noción de cuerpo y corporeidad, y su relación con el aprendizaje y el gesto gráfico, es una temática plausible de ser abordada desde varias disciplinas. Lo que variará será el énfasis que se ponga en uno u otro de los siguientes aspectos: el proceso de aprendizaje del acto gráfico, los mecanismos puestos en juego para dicho aprendizaje, los factores intrínsecos y extrínsecos que influyen en el mismo, la calidad del grafismo, las vicisitudes del desarrollo motor, la historia corporal del niño que se enfrenta al acto gráfico. Este trabajo, se realiza desde un enfoque psicomotriz, pretendiendo centrarse en el cuerpo del niño, y en cómo y desde y a través del mismo se transita por procesos de aprendizaje, dentro de los cuales se encuentra el acto gráfico.Para ello, se desarrollarán tres ejes temáticos: noción de cuerpo, cuerpo y aprendizaje y el cuerpo en el gesto gráfico.
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