En el siguiente artículo presentaré mi trabajo como maestra comunitaria, analizando dos dimensiones diferentes de la tarea: el trabajo junto a otras
y otros maestros comunitarios de diversas escuelas de la cuenca de Casavalle y la labor desarrollada en el marco de la emergencia sanitaria.
El deseo es compartir algunas de las experiencias realizadas que permitan visibilizar el rol y el aporte del Programa Maestros Comunitarios (PMC)
al vínculo de las escuelas con los territorios que estas habitan, con las familias y otras instituciones, en pro de la creación de comunidades que potencien
la convivencia, el crecimiento y la construcción colectiva.
Una escuela movilizada y que moviliza busca, por convicción, un giro en las experiencias escolares a través de la construcción participativa del
Proyecto Educativo de Centro (PEC), lo suficientemente significativo como para cambiar actitudes ante el aprendizaje, fundamentalmente en aquellos
alumnos (y por qué no, en sus familias) que han permitido que la idea “aprender en la escuela no es lo mío” eche raíces. Para ello se vuelve esencial
proporcionar escenarios de participación variados, abiertos y flexibles.
En el año 2017, la escuela se transformó en escuela APRENDER y esta denominación determinó que se le asignara un cargo de maestro comunitario
a la institución. Al tomar posesión de este inmenso desafío comenzaron los espacios de intercambio con la directora de la escuela y el colectivo docente, para construir el significado que el Programa Maestros Comunitarios debía tener en la comunidad escolar.
A partir de las preguntas que nos formulábamos, fue posible arribar a algunas certezas que son parte de nuestro hacer escuela y que tenían la oportunidad de traspasar distintos muros físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Desde nuestra forma de hacer, sentir y pensar la comunidad escolar se plasmó la idea que es título de este artículo, pero además motor y centro de lo que se fue creando junto a niños, docentes, referentes barriales e institucionales, vecinos y familias: Al decir de Bordoli (2015:91), es necesario establecer el discurso que otorga sentido al trabajo
de los maestros comunitarios. Este discurso que se sustenta en la premisa “todos pueden aprender” porque este aprender es lo que nos hace humanos. El cambio en la forma debía habilitar otros escenarios, otros tiempos, otro modo de interacción que construyera la posibilidad de imaginar un proyecto de vida que nos acerque a la alegría, a las múltiples posibilidades.
Por eso decimos que SE DEBE RENDIR CUENTAS CON EL PUEBLO.
Presupuesto educativo del 6% del PIB para ANEP y UdelaR.
Asegurar la alimentación de niños y niñas a través de los comedores escolares.
Asegurar la continuidad del PMC. Trabajar para cubrir todas las escuelas del país con dicho programa.
Creación de cargos para universalizar 3 años con grupos de hasta 25 niños.
Creación de cargos y ampliación de horario de auxiliares de servicio para cubrir todas las escuelas.
Recuperación del salario perdido en 2020.
Ajuste salarial del 100% del IPC en 2021.
#YoEstoyConLaEscuelaPúblicaCuando nos ponemos a pensar en la relación actual entre la escuela y las familias, una de las líneas de acción del Programa Maestros Comunitarios
(PMC) nos invita a replantear el escenario pedagógico en uno de construcción dinámica, participativa y contextualizada. El Grupo con las familias, como dispositivo pensado para garantizar la participación, posibilita el desarrollo de una serie de estrategias que involucran a las familias en el proceso educativo de sus hijos, fortalecen su condición de referente y, en un espacio diverso y flexible, van superando la organización tradicional.
En este sentido, intervenir colectivamente y permitir el involucramiento familiar, no es más que una condición necesaria y suficiente para desarrollar el aprendizaje de los estudiantes. Un aprendizaje significativo que no solo está contenido por la preocupación y el amor a la profesión, sino también por los intereses familiares; y si bien esos intereses se diferencian en algunos aspectos, comparten una misma visión: la de educar para desarrollar competencias transversales, es decir, conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan afrontar las aventuras de la vida.
Mediante el Grupo con las familias se configuran espacios de encuentro y reflexión sobre el rol de cada actor (docente y referente familiar), y de
esa forma valorar la necesidad del trabajo conjunto para potenciar a la familia como un “aliado pedagógico” clave que dé riendas a nuevas vivencias
educativas.
El Programa Maestros Comunitarios (PMC), que se desarrolla en las escuelas hoy denominadas A.PR.EN.D.E.R (Atención Prioritaria de Entornos con Dificultades Estructurales Relativas), cumple diez años, y con esta motivación decidimos compartir nuestra experiencia.
Este programa tiene como convicción que lo necesario es mejorar el vínculo escuela-familia y encontrar pedagógica y didácticamente los caminos
para que nuestros niños tengan el deseo de aprender, perdido por muchas causas.
Con el compromiso de todos los actores involucrados en el programa: grupo de referencia, profesores de Educación Física, maestros, padres y comunidad nos proponemos caminar juntos hacia una Escuela Comunitaria y trabajar en forma colaborativa.
Con familias diferentes y niños diferentes nos aventuramos a buscar otros encuentros. Es así que se hizo necesario explorar los caminos donde todos debimos generar espacios de participación, ser parte de, donde todos reflexionamos y donde debimos repensar cómo gestionar una nueva manera de hacer escuela a través de actividades circenses.
La idea surgió el año pasado cuando reunidas la directora, la maestra comunitaria y la profesora de Educación Física con el motivo de planificar para el grupo de integración del Programa Maestro Comunitario, decidieron comenzar a realizar actividades circenses una vez por semana y se escribió un proyecto titulado “Rompecabezas” que se transformó en una gran aventura pedagógica.
Se comenzó entonces a formar el grupo de integración compuesto por niños con las siguientes características:
► Escasa motivación para aprender.
► Baja autoestima.
► Tímidos.
► Desmotivados desde la familia.
► Problemas de conducta e integración.
► Dificultad motriz, cognitiva, socioafectiva.
A través de dicho proyecto se intentará fortalecer los aspectos cognitivos, motrices y socioafectivos, fomentando un desarrollo integral del niño.
Esta obra que recomendamos resulta, a nuestro modo de ver, imprescindible para quien desee investigar o le interese saber sobre el Programa Maestros Comunitarios (PMC). En primer lugar permite visualizar el programa en retrospectiva, yendo a los orígenes para recabar la palabra de los “padres fundadores” del PMC.
Pensar la escuela y la intervención del maestro comunitario desde el concepto de integración educativa se ha transformado en una especie de columna vertebral en lo que refiere a la aplicación del Programa Maestros Comunitarios (pmc) en nuestra escuela.
Creemos con firmeza que para favorecer el desempeño escolar de los niños que integran el pmc, es necesario recorrer un camino que permita
ir construyendo en el niño una matriz de fortalecimiento de la autoestima. Consideramos que algunos indicadores que se utilizan para medir
el impacto del pmc, por ejemplo, la incidencia en las repeticiones, no dan cuenta plenamente de los muy importantes procesos que realizan
los niños y las familias que integran el programa.
Muchas veces, estos procesos no coinciden con una promoción.
Entendemos que el cotidiano accionar en estos grupos, donde los niños y las niñas ocupan un rol grupal diferente, contribuye al tránsito escolar por otro lugar en el que dejan de ser invisibles, problemáticos, apáticos, agresivos.
Las posibilidades del pequeño grupo, con niños y niñas de todos los grados, permiten un tiempo docente para atender sus demandas. Este
acercamiento habilita realizar acuerdos precisos de trabajo, que hacen posible avanzar positivamente hacia los objetivos del pmc y hacia los
objetivos de la institución educativa.
Los vínculos de la escuela uruguaya con la comunidad son complejos y variados; e imprescindibles. A veces asoman en la prensa con una noticia que conmueve negativamente, y despierta airadas polémicas y desencuentros. La mayoría de las veces transcurren en un silencioso andar teñido de altas y bajas, de logros formidables, de pequeños avances, y también de dudas y discusiones, como la vida. QUEHACER EDUCATIVO propone incluir en cada edición de este año, un espacio en el cual se atiendan algunas de las múltiples aristas de esta relación.
En este artículo se trabajará sobre la idea de la escuela y su contexto, considerando especialmente su estudio en el marco de la Práctica docente. La expresión contexto que, en la jerga del magisterio nacional, se asocia a algunas instituciones generalmente de la periferia urbana y con variables que las ubican en los primeros quintiles de la clasificación institucional de acuerdo con las condiciones socioeconómicas, aplica
en realidad a todas las escuelas. Los vínculos entre la institución y su entorno, la incidencia de estos vínculos en el ambiente y los aprendizajes escolares, son algunos de los elementos a considerar.
Completa el formulario, y suscribite a la revista QUEHACER EDUCATIVO