Siempre corremos el peligro de limitar de antemano las posibilidades de nuestros alumnos de Educación Especial, de asegurar que ciertas habilidades o competencias no podrán ser adquiridas.
Sin duda las limitaciones existen y son reales, pero también tenemos a nuestra disposición una gran gama de recursos y funciones de apoyo que podemos incorporar para mejorar el funcionamiento de nuestros alumnos y reducir la brecha que los distancia de las demandas ambientales de sus entornos.
El uso sistemático de la calculadora y su incorporación a situaciones que ellos viven en forma cotidiana, amplia las posibilidades de cálculos de los alumnos y les brinda un mejor funcionamiento. Esta función de apoyo les abre las puertas a respuestas nuevas y genera inquietud a plantearse otras preguntas.